Viajes y circuitos a China

Descubre los mejores circuitos y viajes a China

Descubre los circuitos a China más completos, donde recorrerás y conocerás el país a fondo. Viaja con la máxima comodidad con estos viajes organizados al país más poblado del mundo que hemos preparado para ti. Un viaje a sus ciudades más modernas como Shanghai, Pekín o Xi'an donde degustarás su deliciosa gastronomía, admirarás su belleza natural típica del Asia más oriental y conocerás una filosofía de vida única. Explora un país inmenso con estos circuitos.

CIRCUITOS
20 circuitos
China: China Selección

China, 11 días

Visitando: Beijing, Xian, Hangzhou, Suzhou y Shanghai

Recorre China y sus parajes naturales en este circuito de 11 día. Pasea por la Plaza de Tian An Men, admira los imponentes Guerreros de Terracota y disfruta de un crucero por el lago del Oeste.

China: China Express

China, 9 días

Visitando: Beijing, Gran Muralla, Xi'an y Shanghai

Viaja hasta China con este circuito de 9 días. Pasea por el Paseo Imperial en Pekín, pasea por la Muralla China y sorpréndete con los Guerreros de Terracota.

China: China a toda velocidad

China, 10 días

Visitando: Beijing, Hangzhou, Suzhou, Shanghái

Metrópolis como Shanghái, Beijing o Hangzhou te cautivarán justo en el instante en el que pongas tus pies en sus calles. Deléitate con la gastronomía tradicional y enamórate de las costumbres de sus gentes.

China: China clásica y Guilin

China, 11 días

Visitando: Beijing, Xian, Guilin y Shanghai

Vive la autenticidad de China en este circuito de 11 días. Recorre parte de la Gran Muralla, disfruta de un crucero por el río Li y pasea entre rascacielos por Shanghaia.

China: China Clásica y Avatar

China, 11 días

Visitando: Beijing, Xian, Zhangjiajie y Shanghai

Un mundo de sensaciones te esperan en este viaje por la China más interesante. Descubre el Templo del Cielo en Xi'an o impresiónate por la belleza de la Montaña Aleluya de Avatar.

China: China clásica y Osos Panda

China, 11 días

Visitando: Beijing, Xian, Chengdu y Shanghai

Descubre la inmensidad de China en este circuito al país oriental. Recorrerás la muralla china, te enamorarás de la ternura de los osos panda de Chengdú y pasearás por el malecón de Shanghái.

China: Experimenta Pingyao

China, 11 días

Visitando: Beijing, Xian, Pingyao y Shanghai

China es un destino espectacular que posee una enorme riqueza cultural, histórica y natural. Seguidamente, te presentamos un circuito organizado para que descubras lo mejor de Beijing, Xian, Pingyao y Shanghai.

China: Lo mejor de China

China, 14 días

Visitando: Beijing, Gran Muralla, Xi'an, Guilin, Hangzhou, Suzhou y Shanghai

Te esperan dos semanas increíbles en China. Comienza el viaje paseando por las calles de Pekín, adéntrate en el famoso Templo del Cielo en Xi'an y explora las Gruta de Flautas de Caña.

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Atrévete a descubrir la inmensidad de China

La inmensidad de China y sus peculiaridades culturales hacen de este país un destino único. Una nación para auténticos aventureros que les apetezca desvincularse de las comodidades de su día a día, y quieran adentrarse en un mundo diferente. De las ciudades más vanguardistas a los pueblos más rurales perdidos en el Tíbet, el contraste es abismal, de un extremo a otro y es esto justamente lo que deja cautivado al visitante. Con miles de años de historia, con una cultura influyente y universal, con una gastronomía insólita que ha dado varias veces la vuelta al mundo, con espacios naturales que nunca creerías si no vieras con tus propios ojos, con ciudades bulliciosas en las que siempre están pasando cosas y con un pueblo reservado, pero amable y generoso. China es enorme, como enorme es la huella que dejará este viaje en tu memoria y en tu corazón.

¿Por dónde empezar cuando se trata de un país tan grande como China? Lo mejor será empezar por su capital, la inmensa Pekín. No es fácil resumir en un par de cientos de palabras la grandeza de esta ciudad ni su importancia para el conjunto de la nación china. La ciudad que siempre hemos conocido como Pekín es una gigantesca metrópoli que resume con bastante precisión el espíritu del país: bullicio, actividad constante, dinamismo y ajetreo. Pero, al mismo tiempo, Pekín muestra cierta dosis de tradición y de costumbres ancestrales en sus habitantes, que son reservados, pero amables a la vez. Habitantes que, por cierto, suman más de 20 millones, y que convierten a la capital de China en una de las ciudades más pobladas del planeta.
Un recorrido completo por la ciudad y sus alrededores debería pasar, sin duda, por la Gran Muralla. Se trata de la mayor atracción turística del país, y es una de las siete Maravillas del Mundo, además de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987. También por la Ciudad Prohibida, un impresionante complejo palaciego formado por salones, jardines y pabellones que ocupa una superficie de 72 hectáreas. Su nombre oficial es Museo del Palacio Imperial, y cuenta con más de 9.000 habitaciones, lo que lo convierte en el complejo imperial más grande y mejor conservado de China. Además, el conjunto está rodeado por un foso de dimensiones increíbles. En ese recorrido tampoco debería faltar una visita a la Plaza de Tiananmen, llamada realmente Plaza de la Puerta de la Paz Celestial. Esta inmensa y célebre plaza ocupa más de 400.000 metros cuadrados, y en ella se encuentran algunos de los edificios más importantes de China: el Gran Palacio del Pueblo, que es la sede de la Asamblea Nacional Popular, el Museo Nacional de Historia y de la Revolución, la Torre de Tiananmen, el Monumento a los Héroes del Pueblo, la Puerta de Zhengyangmen, y el Mausoleo de Mao Zedong.
Otros puntos clave de la visita a Beijing son el Parque Jingshan, una colina artificial llena de jardines y ejemplos de arquitectura tradicional, desde la que se tienen unas maravillosas vistas de buena parte de la ciudad; el Templo del Cielo, un santuario construido en 1420 que es el más grande de China; el Palacio de Verano, situado a 12 kilómetros del centro, que combina varios tipos de construcciones de gran belleza como palacetes, pabellones, jardines, teatros y puentes, y, por último, los edificios construidos para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, como el Estadio Nacional, también conocido como “Nido de Pájaro”, o el Centro Acuático Nacional, llamado comúnmente “El Cubo de Agua”.
Y de Pekín, la capital, a una de las ciudades más visitada de China, Xi’an. Si de algo no hay duda es de que en esta ciudad se esconde uno de los lugares más emblemáticos de toda China: el Museo de los Guerreros y Corceles de Terracota. Gracias a la macroexposición itinerante que recorrió el planeta hace algunas décadas, la humanidad tuvo la oportunidad de ver unos cuantos de estos insólitos soldados de piedra. Pero, una vez que los veas en vivo y en directo, todos juntos y acompañados de sus caballos y carros de bronce, llegarás a la misma conclusión que nosotros: para disfrutar de verdad de los guerreros de Xi’an, hay que hacerlo en Xi’an. Esta ciudad es una de las más antiguas de China -tiene más de 3.000 años de historia-, y fue la capital del imperio para doce dinastías diferentes, además de constituir el punto de partida de la legendaria Ruta de la Seda. En la actualidad, Xi’an sigue siendo una de las grandes ciudades del país: tiene más de 7 millones de habitantes, es la capital de la provincia de Shaanxi, y es uno de los lugares más populares y visitados de toda China.
Volviendo a los guerreros de terracota, te diremos que este increíble ejército está formado por más de 7.000 soldados tallados en piedra a tamaño real, de aproximadamente 1,80 metros de estatura, cada uno con sus propios rasgos, y acompañados por una multitud de corceles y carros de bronce. El emperador Qin Shi Huang fue quien mandó construir este ejército para que le acompañase en la otra vida, pero poco después de su muerte el mausoleo quedó olvidado y oculto durante más de 2.000 años. No fue descubierto hasta 1974, cuando unos operarios que realizaban unas obras lo encontraron por casualidad. Trece años después, en 1987, la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad y, hoy en día, se pueden visitar tanto el Museo de Guerreros y Corceles de Terracota como las excavaciones adyacentes, en las que no se descarta que aparezcan aún más restos.
La Gran Pagoda de la Oca Salvaje, un bellísimo templo budista de 64 metros de altura que data del siglo VII, la gran muralla antigua que rodeaba la ciudad, y la Gran Mezquita del Barrio Musulmán completan la interesante oferta que la ciudad de Xi’an pone a disposición de los viajeros.
Y del corazón de China a la costa del mar de China. En concreto a Shanghái, la ciudad más poblada de China, lo cual no es poco decir, ya que China es, por su parte, el país más poblado del mundo. Se encuentra en el extremo oriental del país, y constituye el centro económico y comercial de la República Popular, además de uno de los puertos más grandes del mundo. Cuenta con más de 20 millones de habitantes, y no solo es la más poblada, sino también la más abierta y cosmopolita del país. Una de las particularidades de Shanghái es que no forma parte de ninguna provincia ni división administrativa, sino que depende directamente del poder central, al igual que Pekín, Tianjin y Chongqing.
Los contrastes están a la orden del día en Shanghái, y forman parte del encanto de la ciudad. Por un lado, están los gigantescos rascacielos de corte futurista, sobre todo en la zona de Pudong, el distrito financiero. Por ejemplo, la Torre de Televisión Perla Oriental, uno de los elementos más característicos del skyline de Shanghái. Y, por otro lado, se pueden ver los pintorescos vestigios del pasado de la ciudad, como el malecón, conocido como Bund. Este encantador paseo recorre, a lo largo de un kilómetro y medio, la orilla del río Huangpu, que es una ramificación del Yangtsé, y conserva un buen número de bonitos edificios de estilo colonial. Otro contraste del que merece la pena disfrutar en Shanghái es el que supone la aparición de los Jardines Yuyuan en medio del ajetreo y el bullicio de la gran ciudad. Se encuentran en la zona norte de Shanghái, y constituyen uno de los lugares más bellos y con más historia de la ciudad. Ocurre algo parecido con el Templo del Buda de Jade, que es pura paz y tranquilidad, y alberga dos enormes esculturas de Buda talladas en jade, y con Xintiandi, un barrio de casas tradicionales restauradas que ahora alberga tiendas, restaurantes y cafés.
Cerca de Shanghái, se halla una ciudad que hay que visitar sí o sí. Hangzhou es, ha sido y seguramente será siempre una de las ciudades más bonitas de China y, por qué no, de todo el continente asiático. Hangzhou ha sido conocida desde tiempo inmemorial como “El Paraíso en la Tierra”, y este no es un apodo que se pueda poner a la ligera… El aventurero y comerciante veneciano Marco Polo, allá por el siglo XIII, dijo de Hangzhou que era “la ciudad más suntuosa y elegante de todas las que había conocido”. Situada en el este del país, junto a la desembocadura del río Qiantang y el Gran Canal de China, Hangzhou es indiscutiblemente bonita, y refleja el espíritu de la arquitectura tradicional: jardines perfectamente cuidados, templos parcialmente ocultos entre la vegetación, pabellones que se reflejan en el agua que los rodea… Hoy en día, Hangzhou es una ciudad moderna y cosmopolita, llena de rascacielos y con más de seis millones de habitantes, pero conserva varios templos que nos hablan de su glorioso pasado. Sobre todo, la Pagoda de las Seis Armonías, el Templo Yue Fei y, por encima de los demás, el Templo de las Almas Escondidas, uno de los lugares de culto budista más grandes del país. Además de los templos del casco histórico y de los agradables paseos que ofrece el centro de la ciudad, a las afueras de Hangzhou existe otro lugar de enorme interés turístico: el Lago Oeste. Su paisaje y su ambiente cargado de historia y de cultura provocaron que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Está rodeado de colinas por tres de sus lados, y sobre su agua “flotan” un gran número de islas artificiales, pabellones, villas, bulevares, puentes, pasarelas de madera sobre el agua, parques, museos, monasterios... En la orilla occidental del Lago del Oeste se encuentra la aldea de Mei Jia Wu, un lugar muy conocido por la producción del té verde de la variedad Longjing.
A unos 1300 kilómetros de Hangzhou, se halla la siguiente ciudad a visitar, Guilin. Si de algo puede presumir la ciudad de Guilin es de la hermosura infinita de sus paisajes, tanto urbanos como naturales. Se encuentra en la región autónoma de Guanxi Zhuang, al sur de China, y cuenta con algo más de 5 millones de habitantes. El símbolo de la ciudad es la colina de la Trompa de Elefante, llamada así porque su forma asemeja la de un enorme paquidermo metiendo la trompa en el río.
El mejor punto de observación de los paisajes comentados anteriormente es a bordo de un barco que recorra las aguas del río Li; desde uno de los cruceros que recorren este río por las inmediaciones de Guilin podrás contemplar, maravillado, una serie de formaciones kársticas -fruto de la erosión del viento y la lluvia-, de colinas cubiertas de vegetación, de arroyos con el agua de color esmeralda, y de sistemas de grutas y cuevas a ambas orillas. Alguno de los puntos clave de la zona son la Montaña de la Luna, llamada así porque un agujero con forma de media luna atraviesa la roca; la zona de los Dos Ríos y Cuatro Lagos, un conjunto paisajístico de gran belleza, o la Ciudad de los Príncipes de Jingjiang, dentro del área metropolitana de Guilin. Este complejo palaciego del siglo XIV está dominado por el Pico de la Belleza Solitaria, un pináculo de piedra desde el que tendrás una maravillosa vista de la ciudad. También merece la pena visitar, si tienes suficiente tiempo y energías, los arrozales de Longji, organizados en terrazas llenas de plantaciones que serpentean por la falda de la montaña, y la Cueva de las Flautas de Caña, con un recorrido de 240 metros lleno de estalactitas, pilares y formaciones rocosas iluminadas con vivos colores.