Estambul. Más de mil experiencias
Estambul no es la capital de Turquía, pero sí lo fue durante muchos siglos durante los diferentes imperios que ha tenido la península de Anatolia. Prueba de ello es la estructura misma de las calles de Estambul, sus miles de monumentos y la elegancia de muchos de sus edificios que se conservan desde que el imperio Otomano cesó. Además, la ciudad tiene una característica muy curiosa y es que está dividida entre el continente europeo y el asiático por el estrecho del Bósforo, una singularidad que aún la hace más rica y bella. Por todo esto, hay que organizar bien las visitas durante estos días, ya que hay mucho que ver en unas cuantas jornadas. Ten en cuenta que además de pasear a tu ritmo y organizar tu recorrido, tendrás incluida una visita histórica Clásica de medio día. Aun así te presentamos algunas de las sugerencias para no perderte nada. Comienza a conocer Estambul por el barrio de Sultanahmet, bañado por el mar Mármara y que en unos pocos metros cuadrados se concentra un gran número de monumentos históricos. Dos de lo más importantes son la Mezquita Azul y la Mezquita de Santa Sofía, una en frente de la otra. Dos lugares de culto religioso, los cuales, tanto por fuera como por dentro, son imponentes. Muy cerca de ambas, se encuentra el Hipódromo de Constantinopla, mejor dicho, las ruinas arqueológicas que quedan de él. En la actual plaza se ubicaba este lugar de ocio en el que los estambuliotas disfrutaban de carreras de caballos. En el barrio colindante de Cagaloglu se encuentra una de las visitas más interesantes: el palacio de Topkapi a las orillas del Cuerno de Oro. Este palacio y sus diferentes zonas era donde los sultanes gobernaron el Imperio Otomano. Su inmensidad hace que la visita dure unas cuantas horas. Cruzando el Cuerno de Oro a través del puente de Gálata, llegarás al barrio homónimo, para conocer la Torre de Gálata de arquitectura medieval la cual fue construida por los genoveses, en el siglo XII. Hoy es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y se puede subir a lo más alto para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad. También hay que conocer el Gran Bazar y el Bazar de las Especias para poder llevarte un bonito recuerdo a casa. Para terminar la estancia, una de las mejores opciones es cruzar a la parte asiática en un agradable crucero y poder degustar un auténtico kebab en alguno de los numerosos restaurantes.