Viaje a China: Circuito China a toda velocidad

Día 1: España - Beijing. Rumbo a la capital de China

Coges un boli rojo, tachas del calendario el día tan señalado, coges tu equipaje y sales de casa. ¡Han llegado tus vacaciones! Aunque no te lo creas, conviene que seas consciente de ello porque te espera un largo trayecto en avión que te llevará hasta China. ¡Sí! Hasta Beijing (Pekín), su capital.

En este punto de Asia Oriental es donde se fusionan los vestigios del pasado con el ritmo frenético del presente, creando así un cóctel de lo más exquisito. En esta metrópoli te toparás con majestuosos palacios imperiales y templos que desprenden paz. Pero también hay edificios modernos que reflejan la parte más vanguardista de la localidad.

Todavía te quedan unas cuantas horas para llegar a tu destino. Harás noche a bordo del avión, por lo que conviene que te acomodes bien en tu asiento, te pongas los auriculares con tu grupo de música favorito y te relajes. ¡Feliz vuelo!

Día 2: Beijing. Bienvenido a la capital de China

Justo al aterrizar escuchas estas palabras: Huānyíng lái dào běijīng. ¿Qué ha dicho?, te preguntas. Con la duda entre ceja y ceja miras el diccionario y das con la solución: ¡Bienvenido a Beijing! ¡Qué emoción! Sales del avión y vas a recoger tu equipaje en las cintas. Pertenencias en mano sales del aeropuerto y te diriges hacia tu hotel.

El trayecto te permite empezar a tomarle el pulso a la capital de China y alucinas con todo lo que tienes ante tus ojos: el trajín de los coches, los lugareños, los modernos edificios y lo antiguos palacios... ¡Guau! Tus ojos no dan crédito a lo que ven, pero créetelo, están en Pekín y justo cuando dejes tu equipaje en el hotel podrás salir a explorar esta caótica urbe a tu aire.

La oferta de restaurantes, pequeños comercios, centros comerciales, plazas o palacios es infinita y vas a poder elegir lo que tú quieras y cuando quieras. ¿Preparado? La aventura de tu vida está en tus manos.

Día 3: Beijing. Explorando la capital del norte

Eres una persona afortunada. Hoy te espera una jornada maravillosa que te permitirá explorar los puntos más significativos de Pekín. Tus expectativas son muy altas y a medida que vas terminándote el desayuno, te emocionas cada vez más. El primer alto del día lo harás en la Ciudad Prohibida, también conocida como Palacio Imperial y enclave al que los chinos llaman Gu-Gong, que significa Antiguo Palacio. Este complejo, construido entre los años 1406 y 1420 por el emperador Yongle, es una de las estructuras de madera más antiguas del mundo, por eso en el año 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Este recinto tiene un total de 980 edificios y ocupa una superficie de 72 hectáreas. Venga, sal ya del hotel porque ¡no tendrás tiempo de verlo todo!

Tiananmén es tu segunda parada. Seguro que el nombre te suena. Sí. Es la misma plaza con la que estás pensando. Es el enclave en el que se hicieron las Protestas de 1989, que terminaron con la muerte de cientos de manifestantes y la declaración de la Ley Marcial en Pekín. Si bien este es uno de los acontecimientos históricos más significativos, este emplazamiento también ha sido testigo de otros sucesos significativos entre los que destacan los desfiles militares y numerosas manifestaciones populares. Sin duda alguna, la Plaza de Tiananmén es uno de los iconos del país. En el centro de esta colosal plaza, de 800 por 500 metros, descansa el mausoleo de Mao Zedong, líder comunista y fundador de la República Popular de China.

Tu próxima parada es el Palacio de Verano, situado a unos 12 kilómetros de Pekín. Este recinto es precioso y forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 1998. Bañado por las aguas del lago de Kunming, las dinastías utilizaban este palacio como jardín imperial y como lugar de residencia en las épocas en que el calor azotaba fuertemente la Ciudad Prohibida. Este emplazamiento, que fue construido en el año 1750 por el emperador Qianlong, desprende una tranquilidad muy alejada del caótico bullicio de la gran ciudad, por lo que vale la pena dedicar unas horas a este fabuloso complejo.

Al finalizar con esta primera toma de contacto con China, podrás regresar al hotel, degustar una cena tradicional e ir a tu habitación a reponer fuerzas. ¡Descansa! Mañana te esperan nuevas aventuras.

Día 4: Beijing. La Gran Muralla china

¡Por fin ha llegado el esperado día! Hoy vas a hacer realidad uno de tus sueños: visitar la Gran Muralla china. Este punto tiene un gran interés turístico, por lo que conviene que llegues bien pronto y veas la fabulosa fortificación en todo su esplendor. Para ello, te tocará madrugar un poquito, pero… ¿Qué más da? Al final del trayecto te espera esta gran obra de la ingeniería que se construyó entre el siglo V y XVI para proteger la frontera norte del Imperio chino contra los ataques de los nómadas de xiongnu, Mongolia y Manchuria.

La Gran Muralla cuenta con un total de 21.196 kilómetros, y se dice que es la más larga del mundo. Formando un sinuoso camino adoquinado, esta fabulosa fortificación, de más de 2000 años de antigüedad, se sitúa en medio del verde paisaje de las montañas. Seguro que has visto esta imagen en más de una ocasión, pero ahora la podrás contemplar en vivo y en directo. ¿Preparado?

Cuando te sientas plenamente satisfecho y hayas fotografiado la Gran Muralla desde todas las perspectivas posibles, regresarás al autobús para poner rumbo a Beijing. El camino de vuelta te dará la oportunidad de ver otras obras de ingeniería: el Estadio Nacional de Pekín, también llamado “Nido de Pájaro” y el Centro Acuático Nacional de Pekín o “Cubo de Agua”. La distancia entre uno y otro es relativamente pequeña. Si bien ambos se construyeron con motivo de los Juegos Olímpicos del año 2008, el primero destaca por su espectacular estructura de acero, considerada la más grande del mundo. Tiene capacidad para unas 80.000 personas y su diseño está inspirado en superar cualquier tipo de seísmo.

El segundo recinto, popularmente conocido como “Cubo de agua”, es el recinto en el que se celebraron las pruebas de natación, natación sincronizada y saltos, en los Juegos Olímpicos del año 2008. Tiene dos piscinas y su diseño se asemeja a un gran cubo de hielo, de ahí su nombre. En eventos deportivos de gran importancia puede arropar hasta 17.000 personas.

Tu día terminará con una suculenta cena de pato laqueado de Beijing, una de las recetas más tradicionales del país. ¿Qué dices? ¿Qué quieres repetir otro plato? ¡Que aproveche y dulces sueños!

Día 5: Beijing – Hangzhou. Explorando el Templo del Cielo

¿Preparado para descubrir el templo más famoso de Pekín? El Templo del Cielo te espera. Se trata de uno de los recintos más sagrados de la ciudad, de China en general, y data del año 1420. Los oriundos le tienen un cariño muy especial y lo relacionan con el bienestar y la tranquilidad. Por eso, seguramente te encontrarás con algún lugareño practicando taichí, paseando o jugando a las cartas.

Este complejo es enorme y alcanza alrededor de las 273 hectáreas, por las que hay salpicados importantes recintos religiosos en muy buen estado. Cada uno de ellos se alzó para homenajear al Dios del Cielo. Además, para contentar más a la divinidad, este punto era el lugar en el que los emperadores de las dinastías Ming y Qing ofrecían sacrificios al cielo y rezaban para las buenas cosechas. Si bien la historia del lugar es de lo más interesante, su belleza arquitectónica no se queda atrás. Por eso la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 1998.

Tras pasear y descubrir los rincones más peculiares de este complejo, te dirigirás hasta la estación para subirte a un tren de alta velocidad con destino a Hangzhou, la capital de la provincia de Zhejiang. Se trata de una de las ciudades más hermosas del país conocida con el apodo “paraíso en la tierra”. Si bien, durante la Rebelión de Taiping, se destruyó gran parte de sus edificaciones, esta localidad ha sabido mantener la belleza gracias a sus asombrosos paisajes. Hoy dormirás en este bello lugar, así que ponte cómodo y disfruta del trayecto.

Día 6: Hangzhou. Imprescindibles de Hangzhou

Que bien te sienta despertar en China, sobre todo si es en un lugar tan especial como Hangzhou. Esta localidad de la provincia de Zhejiang está llena de atractivos y uno de ellos es el Lago del Oeste, tu primera parada del día. Se trata de un famoso lago de agua dulce situado en pleno centro de Hangzhou y separado por tres diques. Salpicados por sus aguas hay pagodas, jardines, templos e incluso islas artificiales.

Se dice que su belleza ha logrado inspirar a grandes poetas y artistas. ¿Te vendrá la inspiración a ti? Lo mejor que puedes hacer es dejarte llevar por las energías que te transmita y contemplar el bello paisaje que tendrás ante tus ojos. Quien sabe, quizás esta excursión te lleve a realizar la obra de tu vida…

Te pararás a comer en un restaurante local antes de ponerte en marcha hasta tu próxima visita: el Templo del Alma Escondida. Es uno de los más populares del país. Rinde culto a Buda y es un importante lugar de peregrinación para los fieles. Está compuesto por tres partes. La primera muestra las esculturas de Buda. La segunda es la columna voladora, donde descansan más de 300 esculturas de esta divinidad semiocultas entre la exuberante vegetación del lugar. La tercera y última parte es la del Templo del Alma Escondida, compuesto por tres salas. Cada una más espectacular que la otra.

El último alto de la jornada lo harás en la Pagoda de las Seis Armonías, situado muy cerca del Lago del Oeste. Se trata de una torre de unos 60 metros de alto construida en el año 970 d.C en ladrillo y madera. Con el paso del tiempo ha sufrido varias remodelaciones, pero todavía conserva la esencia con la que nació.

Día 7: Hangzhou - Suzhou. Rumbo a la Venecia de Oriente

En Hangzhou has descubierto una parte maravillosa de China. Su lago desprende un misticismo especial que te ha calado hondo y no logras quitártelo de la cabeza. No te preocupes, es normal. Con el sabor agridulce de empezar una nueva aventura y de despedirte de esta fabulosa metrópoli te subes al tren que te llevará hasta tu próximo destino: Suzhou. Se trata de una vibrante metrópoli que se caracteriza por sus canales y puentes. Seguro que te recordará a otra ciudad europea. Venga, haz memoria. ¡Eso es! ¡Venecia! Esta urbe se encuentra justo a la orilla del lago Tai y está repleta de canales, por eso ha recibido el apodo de la Venecia de Oriente. El interior de Suzhou también tiene jardines idílicos y su singular belleza provocó que en el año 2000 la Unesco los declarara Patrimonio de la Humanidad. ¿Los descubrimos?

La Pagoda de la Colina del Tigre será el primero de los emblemáticos que descubras en Suzhou. Este monumento, de 47 metros de alto, también se llama pagoda Yunyan y una de sus mayores características es que está un poco inclinada. El entorno en que se encuentra es precioso y destaca por el verde intenso de su vegetación.

El último alto de la jornada será en un lugar muy especial: el Jardín del Pescador. Es uno de los jardines más pequeños de la ciudad, con poco más de media hectárea, y se encuentra al sur de Suzhou. En su interior descansa una elegante residencia de la dinastía Qing. Sin duda alguna, la belleza que desprende este enclave es único y de lo más especial. ¿Tú qué opinas?

Día 8: Suzhou – Shanghai. Rumbo a Shanghái

Has pasado el ecuador de tu viaje. Has conocido ciudades increíbles, desde la capital de China, Pekín hasta fantásticas urbes como Hangzhou y Suzhou. Ahora es el turno de Shanghái, la metrópoli más grande del país y uno de los grandes núcleos financieros mundiales. Esta localidad, bañada por el mar de China Oriental, está repleta de atractivos y tú los vas a conocer. ¿Preparado para descubrir este laberinto de rascacielos?

Estás a punto de encontrarte con un choque de contrastes dominado por edificios tradicionales y modernos. Vamos a poder subir a la Torre Jinmao que mide 420 metros y 88 pisos. Desde su mirador tendremos una espectacular vista de Shanghái.

Pasearemos por el Malecón de Shanghái, una zona peatonal de aproximadamente un kilómetro y medio de largo llamado Bund. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, este emplazamiento fue uno de los principales centros financieros de Asia, ya que los bancos de los países más poderosos tenían su sede aquí. Desde este punto tendrás una panorámica perfecta del barrio Pudong, la zona más moderna de la metrópoli y que destaca por los enormes edificios que lo componen. La estampa de este distrito es sorprendente tanto de día como de noche.

El runrún de los transeúntes, los coches y las bocinas parece desaparecer al cruzar la puerta de este bello templo en el que contemplar las dos estatuas de Buda elaboradas con piedra de Jade: una de Buda sentado y que alcanza los dos metros y la otra de Buda reclinado y de un metro. Además, este templo de color rojizo cuenta con una gran cantidad de salones y figuras budistas.

Día 9: Shanghai. Explorando Shanghái

¡Menuda jornada te espera! No das crédito a todo lo que puedes hacer hoy. Las opciones que tienes son infinitas y no sabes por dónde empezar. Mientras desayunas te vas organizando el día y, en un papel, vas apuntando todo lo que quieres conocer de Shanghái. ¡No te pongas nervioso! Estamos aquí para ayudarte y vamos a darte una serie de recomendaciones. ¿Preparado? ¡Ahí van!

Shanghái es una ciudad enérgica que está en constante movimiento y en la que se pueden hacer actividades durante las 24 horas del día. Una buena forma de conocer sus rincones es paseando por sus avenidas y callejuelas, tanto de su barrio más moderno, Pudong, como de uno de los más antiguos Xintiandi.

En el primero podrás contemplar de cerca los rascacielos e incluso subirte a uno de ellos, desde donde tendrás una panorámica alucinante de la ciudad. ¡No olvides fotografiar la fabulosa Perla de Oriente! Sí, es la torre de televisión que tantas veces has visto a través de imágenes y ahora la estás observando en vivo y en directo. ¡Es enorme!
Por otra parte, en el barrio de Xintiandi te toparás con una agradable zona repleta de casas antiguas que te permitirán viajar en el tiempo y transportarte a otra época. Así pues, pasando de un extremo a otro, descubre el encanto y el contraste de la fascinante Shanghái.

Una buena opción a la hora de reponer fuerzas es pararte en Tianzifang, una pintoresca zona repleta de coquetos restaurantes y encantadoras tiendas. Aprovecha para sentarte en una terraza y contemplar el vaivén de los lugareños y los turistas curiosos. ¡Menuda experiencia!

Día 10: Shanghai – España. Una dulce despedida

Saboreando lentamente cada bocado del desayuno, te despides de Shanghái. China te ha cautivado. Sabías que este destino te encantaría, pero nunca llegaste a imaginar que te calaría tan hondo. Su deliciosa gastronomía, sus gentes, sus bulliciosas ciudades, sus tranquilos paisajes y sus asombrosos contrastes se te quedarán grabados para siempre en tu memoria.

Lo único que puedes hacer es decir adiós a este maravilloso destino y estar contento con la experiencia vivida. Te llevas en tu equipaje una bolsa cargada de buenos recuerdos ¡y también de souvenirs! Así que alegra esa cara, súbete al avión y siéntete un privilegiado. Seguro que en un futuro China y tú os volveréis a reencontrar.

NOTA: Según el horario del vuelo seleccionado, el regreso puede ser el mismo día o al día siguiente, manteniéndose el mismo número de noches en destino.