República Checa, 8 días
Vive un viaje muy completo por Praga, Budapest y Viena. Cruza el milenario puente Carlos en Praga, conoce el inmenso Parlamento de Budapest y recorre la monumental Ringstrasse de Viena.
A lo largo de un viaje a Austria es posible admirar los espectaculares paisajes del Tirol, en el corazón de los Alpes, así como una serie de irresistibles enclaves urbanos que visitaras con estos circuitos a Austria como Innsbruck, Salzburgo y, sobre todo, Viena. La capital austriaca es una ciudad preciosa y repleta de inolvidables edificios monumentales, como la Ópera, el Palacio Real o el Parlamento, y de cientos de rincones que podrás visitar con estos viajes organizados y saborear la esencia de una nación que ha sido clave en la historia de Europa.
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Prepara la maleta para un circuito organizado muy completo en el que combinarás cultura, historia y naturaleza. Entre otros rincones muy atractivos e interesantes, visitarás Salzburgo, Múnich y Milán.
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Antes de poner rumbo a Austria es esencial mentalizarse de que allí nos espera una colección irrepetible de maravillas arquitectónicas, culturales y naturales: desde las preciosas calles y plazas de Viena hasta los increíbles paisajes de los Alpes, pasando por las encantadoras ciudades de Salzburgo e Innsbruck.
Austria es, quizás, el país más elegante de Europa, y sin duda uno de los más hermosos. La sobriedad y elegancia de sus ciudades contrasta con los espectaculares paisajes alpinos que rodean algunos de sus pueblos y ciudades. Es un país para descubrir poco a poco, disfrutando de cada ciudad, de cada paisaje, de sus montañas y sus monumentos.
Si nos adentramos en el corazón del Tirol, encontraremos unos de los mejores paisajes de Austria, de esos que quitan el aliento: montañas altas, con cúspides nevadas, cubiertas de prados y minúsculos pueblos que crecen, desordenadamente, en sus laderas. Para los amantes del esquí, Austria es el lugar ideal.
La oferta cultural de Austria es, asimismo, impresionante. Ninguna visita a Austria podría considerarse completa sin Salzburgo, una ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en cuyas calles se combina, a la perfección, la arquitectura y la naturaleza, lo antiguo y lo moderno. Salzburgo es un destino de contrastes, donde los Alpes son los protagonistas y donde la música está siempre presente. Además, Salzburgo es la ciudad natal de Mozart, y el escenario donde se grabó el famoso musical “Sonrisas y Lágrimas”.
También merece la pena dedicar unas horas a visitar Hallstatt, uno de los pueblos más bonitos del país. ¿Y qué decir de Innsbruck? La capital del Tirol no puede faltar en un viaje a Austria. Es una de las ciudades con más encanto del país, rodeada por hermosos paisajes de laderas verdes y montañas. Es una ciudad perfecta para dedicar tiempo a la naturaleza y poder conocer la gastronomía del país. Alpina y urbana a la vez, deportiva, dinámica, abierta… Estas son algunas de las características que mejor describen a Innsbruck, la capital de los Alpes y la ciudad en la que podemos admirar, entre otros lugares, el tejadillo de oro, Maria-Theresien Strasse, el casco antiguo con la columna de Santa Ana, el Castillo de Ambras, el Palacio Imperial o el Museo de Arte Popular del Tirol.
Sin embargo, el lugar más emblemático del país es su capital, Viena, una de las ciudades más hermosas de Centroeuropa. En ella, miremos donde miremos, podremos encontrar magníficos edificios que nos recordarán el esplendor del Imperio Austriaco. Pasear por Viena es como visitar un gran museo al aire libre. Una de las visitas imprescindibles es la Ringstrasse, una avenida en la que, antiguamente, se encontraba la muralla de la ciudad y donde, hoy en día, están los edificios más importantes de la capital: el Ayuntamiento, la Ópera, la Bolsa, el Parlamento, el Palacio Real, la Universidad o el Museo de Historia, entre muchos otros. Tras rodear la parte antigua, nos quedará conocer otros puntos de interés de la capital austriaca, como el Parque de la Ciudad (Stadtpark), la Biblioteca Nacional o el Prater. Este último es el parque de atracciones más antiguo del mundo, pensado tanto para niños, como para adultos y en el que, desde su gran noria, símbolo de Viena, se pueden contemplan unas preciosas vistas de la ciudad. Aunque para panorámica espectacular, está la que se disfruta desde la Torre del Danubio, donde además podremos degustar la gastronomía austriaca en su restaurante giratorio.
Si Austria es un país donde predominan la música y la naturaleza, también hay que recalcar que es una nación muy vinculada a los cristales, en concreto a los más lujosos y exclusivos, pues es la cuna de la famosa marca Swarovski, cuyo museo se puede visitar en Wattens. En nuestra visita, tampoco podemos dejar de conocer la Casa de Mozart o tres de sus palacios más conocidos: Beldevere, Hofburg y Schönbrunn, el “Versalles Vienés”, que fue el palacio de la famosa Sissí Emperatriz y que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Quizás queramos visitar el campo de concentración de Mauthausen, donde miles de presos fueron asesinados por los nazis. Es un recorrido desolador, pero imprescindible para evitar que uno de los episodios más amargos de la historia de la Humanidad caiga en el olvido.
Austria en general, y Viena en particular, son conocidas por la calidad de sus pastelerías y cafeterías, lugares ideales para sentarnos a descansar después de un día de visitas y emociones.