Día 7: Quebec - Montreal. La ciudad a la vanguardia
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Panorámica de Montreal
Con algo de pena te despides de Quebec. Es una ciudad que te ha enamorado. En unas tres horas estarás ya en Montreal, una moderna urbe ubicada sobre una isla entre el río San Lorenzo y la Rivière des Prairies. Notarás que aquí se respira otro ambiente. La moda, la gastronomía y la cultura están presentes en el día a día de esta localidad, que apuesta por las últimas tendencias.
Pero además de modernidad, en esta parda en Montreal descubrirás lugares con mucha historia como la basílica neogótica de Notre Dame, que data del año 1824. Este edificio religioso fue creado por el arquitecto James O'Donnell y es la primera iglesia de estilo neogótico de todo el país, además de ser la más importante de esta localidad.
También caminarás por la plaza de Armas, escenario de varios sucesos militares y donde actualmente se respira un entorno lleno de animación y de vida. Te encantará descubrir la plaza Cartier y el monumento que descansa en ella, la popular Columna de Nelson, que rinde honor al almirante Horatio Nelson. El puerto viejo de la ciudad te va a resultar encantador y el ayuntamiento de la ciudad, una impactante obra creada entre los años 1872 y 1878 por los arquitectos Henri – Maurice Perrault y Alexander Cowper Hutchison.
No debes olvidarte de ir hacia el estadio creado para los Juegos Olímpicos del año 1976. De este sale la torre inclinada más alta del mundo, con 165 metros. El barrio francés de Montreal también te va a fascinar por su arquitectura de herencia colonial, al igual que la zona residencial de la Milla Cuadrada de Oro.
Por la tarde, ¿qué te parece la idea de ir a conocer la “ciudad subterránea”? Descenderás bajo tierra a la RÉSO, la red de este tipo más extensa del mundo, con 30 kilómetros.
Tras esta maravillosa jornada puedes continuar con las vivencias por esta bella ciudad después llegará la hora de ir a descansar a tu hotel. Mañana tendrás que regresar a tu casa, así que te conviene estar bien descansado.