Nairobi es la capital y la ciudad más importante de Kenia, además de la urbe más poblada de todo África oriental. Conocida como “La ciudad verde en el sol”, fue fundada por los británicos hace poco más de cien años al sur del país, a una altura de 1661 metros sobre el nivel del mar.
La ciudad cuenta con varios museos importantes como el Museo Nacional de Kenia o el Museo dedicado a la escritora danesa Karen Blixen, además del Museo de Arte moderno conocido como Ramoma. Con permiso del mausoleo de Jomo Kenyatta, sus principales atracciones turísticas son el Parque Nacional de Nairobi, el Langatta Gyraffe Center y Daphne Sheldrick’s Orphanate, un orfanato de elefantes único en el mundo. Nairobi es una de las ciudades de carácter más cosmopolita en todo el continente africano y un hormiguero de actividad constante en el que resaltan los constantes contrastes tanto en su población como en su estructura arquitectónica.
Pero Kenia es mucho más que Nairobi. Kenia es pura naturaleza. Un buen ejemplo de ello es la Reserva Natural de Samburu. Un lugar único en el que el visitante se contagia desde el primer momento de todo el espíritu y la atmósfera de la África más pura. Lo que a priori puede parecer un paraje árido e incluso desértico, encierra una enorme diversidad natural en su fauna, que ha convertido al safari a lo largo de su superficie en una de las atracciones turísticas más atractivas de todo el país. La lista de especies animales que pueden verse durante el recorrido es prácticamente inabarcable. Elefantes, jirafas, cebras, leopardos, guepardos, monos… Su vida animal es una de las muestras más representativas de la salvaje sabana africana. Eso sí, dicha espectacularidad contrasta con su bajo nivel de seguridad al ser un territorio muy apartado de los grandes núcleos urbanos. Por ello, se recomienda siempre realizar su visita de la mano de guías profesionales y no acudir al safari con objetos de valor.
Otro de sus maravillosos parques es el del lago Nakuru. Este Parque Nacional debe su fama principalmente a la imagen de sus flamencos rosados a orillas del Lago, pero esconde muchos otros secretos que merece la pena descubrir. Situado en la franja del Valle del Rift, a algo más de 140 kilómetros de Nairobi, su superficie es considerada la mejor zona de toda África para ver rinocerontes negros y blancos, además de un tipo de jirafa denominado Rothschild. A lo largo de sus más de 180 km2 pueden encontrarse hasta 450 especies diferentes de aves, un total de 56 tipos de mamíferos y hasta 550 especies de plantas. Una verdadera joya natural a la que puede accederse por carretera desde Nairobi para una fantástica excursión de un día partiendo desde la capital.
Muy cerca del lago Nakuru, yace otro lago importante donde la fauna y la flora abundan. Este es el lago Naivasha. A las afueras de la pequeña urbe con su mismo nombre, se ubica este enorme lago de agua dulce cuyo parque nacional se incluyó en el año 1999 dentro de la Lista Indicativa Patrimonio de la Humanidad de Kenia. Además de uno de los atardeceres más bellos y espectaculares de África por los preciosos colores que el reflejo del sol dibuja sobre sus aguas, en el Lago Naivasha pueden contemplarse hasta 400 especies distintas de aves, entre otros muchos animales como hipopótamos o antílopes acuáticos. Situado en la zona más elevada del Valle del Rift a 1884 m sobre el nivel del mar, el lago cuenta con varios restos de antiguas erupciones volcánicas convertidos en islas que asoman sobre su superficie. Se trata de un lugar de peregrinación para los amantes de las aves y de la naturaleza en general y una de las atracciones turísticas más espectaculares de Kenia.
Los Montes Aberdare son otra de las atracciones más visitadas de Kenia. El Parque Nacional de Aberdare toma su nombre de la cordillera que forma la reserva natural más alta de todo el país, a 100 kilómetros de Nairobi. Este espectacular escenario destaca por la variedad de su paisaje, así como la diversidad de especies animales que habitan en sus tierras. Los gélidos arroyos que circulan por sus valles se alternan con frondosos bosques de montaña y formaciones rocosas de variadas formas. En sus alrededores pueden visitarse diversas plantaciones de café, donde degustar uno de los aromas más característicos de Kenya. Además de una enorme variedad de aves, esta selva espectacular sirve de hogar a una gran cantidad de especies animales entre los que destacan leones, leopardos, antílopes o búfalos.
Y de los Montes Aberdare al Monte Kenia. El punto más alto de todo el país y la segunda montaña más alta de África sólo por detrás del monte Kilimanjaro. Una de sus peculiaridades principales es su aislamiento, sin formar parte de ninguna cadena montañosa y rodeado únicamente por las laderas y glaciares que se extienden a sus pies. El más importante de todos ellos es el glaciar Lewis, que al igual que el resto, actualmente se encuentra carente de hielo.
Su ascensión no conlleva un alto nivel de dificultad a pesar de la imponente altura de su cima, elevada a 5195 metros sobre el nivel del mar y recubierta de nieve durante todo el año.
El paisaje a lo largo de la ascensión es de carácter volcánico y pese a que se encuentra en una tradicionalmente zona cálida, se recomienda escoger los meses de verano para realizarla.
Las vistas desde la cumbre son uno de los mayores tesoros de Kenia.
Y para finalizar uno de los parques más interesantes del país, el Parque Nacional Tsavo. La aridez de esta brutal sabana se extiende a lo largo de más de 13.700 km2 de extensión sobre el Desierto Taru. Se trata de uno de los parques más antiguos de Kenia y su fama se justifica entre otros aspectos en su enorme biodiversidad, reuniendo a las cinco especies de animales más populares entre los turistas: leones, rinocerontes, búfalos, elefantes y leopardos.
Pese a su enorme extensión, el parque se encuentra completamente habilitado para los safaris y visitas turísticas, contando incluso con varios restaurantes repartidos a lo largo de su superficie, donde hacer un alto en el camino y reponer fuerzas.
Las zonas con más vegetación se extienden a orillas del río Tsavo, la arteria fluvial más importante del lugar. Supone uno de los puntos más recomendables para tomar fotografías de las distintas especies que pueblan la sabana africana.