Día 3: Beijing. Jornada de visitas únicas en la capital
RÉGIMEN
Desayuno. Comida.
Transporte
Autocar, minibús o van
Visitas
Panorámica de Beijing
Durante el desayuno en tu hotel, y después de descansar en tu primera noche en China, ya empiezas a pensar en todo lo que vas a vivir en esta segunda jornada en tierras asiáticas, en un lugar en el mundo tan espectacular como Beijing, una capital que no pertenece a ninguna provincia, ya que depende directamente del poder central.
La primera visita será a la Ciudad Prohibida (también denominada Museo del Palacio Imperial), un asombroso conjunto de construcciones palaciegas construido a principios del siglo XV por orden del emperador Yong Le que fue la residencia oficial de 24 emperadores hasta 1911. ¿Por qué la Ciudad Prohibida? Porque solo los miembros de la familia imperial y los de la corte, además de algún ciudadano con permiso especial, podían entrar en este legendario enclave representativo de la gloria imperial.
La experiencia sorprende siempre por su espectacularidad: 980 edificios (más de 9.000 habitaciones) repartidos armónicamente en una superficie de 72 hectáreas, entre las que destacan, por su popularidad y singularidad, impresionantes estancias como el Salón de la Armonía Suprema, el Salón de la Armonía Central y el Salón de la Armonía Conservada.
Por si no bastase con el impresionante encuentro con la Ciudad Prohibida, la jornada te depara, viajero, otra experiencia inolvidable: la visita a la Plaza de Tiananmen, centro geográfico y político de Beijing. Una impactante superficie de 44 hectáreas cuyo nombre significa “Plaza de la Puerta de la Paz Celestial”, por la gran puerta que comunica la plaza con el Palacio Imperial, y que se ha convertido en el lugar más destacado de Beijing, y una de las plazas más populares del mundo después de que el presidente Mao Zedong proclamara la República Popular China en ella y por las revueltas populares que se hicieron globalmente famosas en 1989.
La plaza es tan grande que, además, alberga algunos de los edificios más importantes de la ciudad, como el Gran Palacio del Pueblo (sede de la Asamblea Nacional Popular), el Mausoleo de Mao Zedong, el Museo Nacional de Historia y de la Revolución, el Monumento a los Héroes del Pueblo o la Torre de Tiananmen.
La jornada continúa de una manera excepcional gracias a la visita al Palacio de Verano, construido en 1750 y reconocido como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1998. Consta de 300 hectáreas, en las que se encuentran los diversos edificios que servían para alojar, durante siglos, a la familia imperial china en sus periodos de vacaciones y ocio, en un espectacular entorno poblado por jardines, pabellones, puentes y teatros. Todo un despliegue al servicio del poder imperial, cuyo legado sigue sorprendiendo a los visitantes.