Día 3: Beijing. Jornada de visitas únicas en la capital
RÉGIMEN
Desayuno. Comida.
Transporte
Autocar, minibús o van
Visitas
Panorámica de Beijing
Es difícil escoger el mejor día entre todos los que contiene este viaje, pero el de hoy es, sin duda, uno de los más destacados por la espectacularidad de los lugares a visitar y por su significado. Los has visto antes en la televisión, por internet, has leído sobre ellos… ahora estarás allí, en una impresionante ciudad que, curiosamente, no pertenece a ninguna provincia, ya que depende del poder central de la República Popular China.
Una vez disfrutado el desayuno en tu hotel, llega el turno de dirigirte a la Ciudad Prohibida (su nombre original es Museo Imperial), un espectacular complejo de palacios mandado construir por el emperador Yong Le en 1406 y que acogió a 24 monarcas hasta 1911. Su nombre más popular indica el toque de distinción que ha acompañado durante siglos a este imponente enclave, ya que solo tenían acceso a ella los miembros de la familia imperial y de la corte y algún privilegiado con algún permiso especial. El enclave mostrado por Bernardo Bertolucci en la película “El último emperador” asombra al visitante por sus 980 edificios repartidos en 72 hectáreas de terreno: más de 9.000 habitaciones como legado del esplendor de los emperadores chinos. El Salón de la Armonía Suprema, el Salón de la Armonía Central y el Salón de la Armonía Conservada son tres de los destinos más visitados en este hito de la tradición oriental.
La misma mañana te reserva, viajero, otra experiencia que no olvidarás: la visita a la Plaza de Tiananmen, mundialmente famosa y especialmente simbólica para los ciudadanos chinos. Centro no solo geográfico, sino también político, de Beijing, su nombre significa “Plaza de la Puerta de la Paz Celestial”, una sugestiva denominación para la gran puerta que comunica la célebre plaza con el Palacio Imperial. Tras años y años como uno de los sitios más destacados de la ciudad, su elección por Mao Zedong como lugar donde se proclamaría la República Popular China disparó aún más su popularidad. En la actualidad, la plaza acoge, por su gran extensión, varios de los edificios más emblemáticos, como el Gran Palacio del Pueblo (sede de la Asamblea Nacional Popular), el Mausoleo de Mao Zedong, el Museo Nacional de Historia y de la Revolución, el Monumento a los Héroes del Pueblo o la Torre de Tiananmen. Una visita excepcional.
La jornada continúa con otra asombrosa muestra de la tradición y cultura chinas, ya que el Palacio de Verano es uno de los enclaves más visitados. Construido en 1750 (y reconocido, desde 1988, como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) albergó durante siglos el ocio y descanso de las familias imperiales. Había sitio para ello, ya que ocupa hasta 300 hectáreas, repletas de jardines, pabellones, puentes y teatros, toda una placentera oportunidad para pasear por un escenario de gran belleza... Y si quieres más sensaciones podrás asistir, por la noche, a un espectáculo de tradicionales acrobacias chinas. Sin duda, el día ha merecido, y mucho, la pena.