Viajes y circuitos a Nepal

Descubre los mejores circuitos y viajes a Nepal

Sorpréndete con los circuitos a Nepal más completos donde lo recorrerás y conocerás a fondo. Viaja con la máxima comodidad con estos viajes organizados a Nepal que hemos preparado para ti. Un viaje a su naturaleza más montañosa, a sus valles verdes entre las montañas del Himalaya, a sus ciudades budista y a su rica cultura. Descubre todo lo que Nepal puede ofrecerte con estos viajes.

CIRCUITOS
5 circuitos
Nepal: Nepal clásico

Nepal, 10 días

Visitando: Katmandú, Chitwan y Pokhara

Descubre un país lleno de paz, naturaleza y belleza, Nepal te espera. Pasea por la Plaza Durbar en Katmandú, disfruta del Himalaya en Sarangkot y haz un safari en elefante por el Parque Nacional de Chitwan.

Nepal: Rutas del Rajasthan

Nepal, 13 días

Visitando: Delhi, Shekhawati, Bikaner, Jodhpur, Pushkar, Jaipur, Agra y Mathura

¿Te apetece descubrir la India y su encanto? Ahora tienes una magnífica oportunidad con este circuito organizado en el que te esperan lugares tan fascinantes como Jaipur, Agra y Delhi.

Completo
Nepal: India Fascinante y Nepal

Nepal, 11 días

Visitando: Delhi, Jaipur, Abhaneri, Agra, Katmandú

Descubre dos países vecinos pero muy diferentes entre sí: India y Nepal. Adéntrate en la 'Ciudad Rosa' de Jaipur, visita el imponente Taj Mahal y conoce un refugio tibetano en Patán.

Completo
India: Sensaciones auténticas y Nepal

India, 15 días

Visitando: Delhi, Agra, Jaipur, Varanasi y Katmandú

Goza de un viaje completo por India y Nepal en este circuito. Pasea por Delhi subido a un rickshaw, admira la nobleza de los elefantes en Jaipur y siente la paz en Katmandú.

Completo
Nepal: Rajasthan especial y Nepal

Nepal, 13 días

Visitando: Delhi, Agra, Jaipur, Jodhpur, Udaipur y Katmandú

Adéntrate en dos países con mucho que ofrecer: India y Nepal. Descubre el rezo indio en Templo de los Sikhs en Delhi, enamórate de la majestuosidad del Taj Mahal y cree ser un budista en Katmandú.

Nepal, un pequeño país franqueado por el Himalaya

Nepal es un país construido, más que con ladrillos, piedras y cemento, con emociones. Emociones como la que sienten sus habitantes al vivir budismo del modo en que la viven; emociones como las que se experimentan al caminar por las calles de sus ciudades y pueblos; emociones como la de saber en su pequeño territorio Nepal alberga montañas, zonas tropicales y reservas naturales de increíble belleza. Y, sobre todo, emociones como las que siente el viajero cuando se adentre en la cordillera del Himalaya y sus asombrosas cumbres. Cuando se visita Nepal, se siente a cada paso la imponente presencia de la “morada de las nieves”, que eso es lo que significa Himalaya en sánscrito. Incluso cuando el visitante no puede ver las nieves perpetuas de sus altas cumbres, sabe que está ahí. Nepal es, como decíamos, un país hecho de emociones, y tú estás a punto de experimentarlas todas.

Katmandú, la capital de Nepal, es una ciudad muy interesante, con numerosos lugares que visitar tanto en el centro como a las afueras. Cuenta con aproximadamente un millón de habitantes, y se encuentra a una altitud de 1.400 metros, enclavada en el Valle de Katmandú. Lo que más llama la atención de la ciudad es la Plaza Durbar, una gigantesca explanada que tiene tantos templos, palacios y monumentos que suele hacer falta una mañana entera para verlos todos. Uno de los edificios más destacados de la plaza es el Palacio Kumari. Se le conoce como la “casa de la diosa viviente” porque en su interior habita una muchacha nepalí, que es elegida entre el pueblo para encarnar a la diosa Durga. Cuando se hace mayor, es sustituida por otra. Sin salir de la Plaza Durbar, también resultan interesantes los templos Taleju y Kal Bhairav, mientras que fuera de ella lo más interesante de Katmandú es el barrio de Thamel, lleno de tiendas y mercadillos, y el enorme parque urbano de Ratna Park.
Fuera de Katmandú, pero sin alejarse demasiado, hay dos templos de gran importancia cultural y religiosa, que deberían ser visitas obligadas. La estupa de Swayambhunath, situada en lo alto de una colina al oeste de Katmandú, recibe el sobrenombre de “Templo de los monos”, y resulta fácilmente reconocible porque tiene pintados unos ojos de Buda. Es uno de los lugares más sagrados de Nepal, y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979. El otro templo es el de Boudhanath Pashupatinath, que constituye la estupa más grande de todo Nepal.
Dirigiéndose al sur del país, se encuentra otra de las sorprendentes regiones de Nepal, Chitwan, una de las mejores zonas para los amantes de la naturaleza en estado puro. Esta reserva, creada en 1973, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco solo 11 años más tarde, en 1984. Se encuentra al sur de Nepal, en una región llamada Terai, cerca de la frontera india, y constituye un verdadero espectáculo para los sentidos. Puede presumir de una biodiversidad increíble, muy alejada del concepto que se tiene habitualmente de Nepal, y su flora y fauna son admiradas y estudiadas por biólogos de todo el mundo. No en vano, en el Parque Nacional de Chitwan habitan 50 especies de mamíferos, 55 de reptiles y anfibios y 525 de aves. De todos los animales de la reserva, el más fotografiado y popular es el rinoceronte asiático. Hay numerosos ejemplares, y verlos en movimiento es realmente espectacular. Además de los rinocerontes, en Chitwan se pueden ver tigres de bengala, cocodrilos, elefantes salvajes, cobras reales, pitones de la India y cientos de tortugas y lagartos de todo tipo.
A pocos kilómetros de Chitwan, se encuentra la tercera ciudad más grande del país, Pokhara, a los pies de la cordillera del Himalaya. Esta región constituye el punto de encuentro de cientos aficionados al alpinismo y al trekking que viajan a Nepal para vivir una gran aventura en sus montañas. Los encantos de Pokhara, además de las cumbres del Himalaya, son los templos de su casco antiguo, el apacible lago Phewa y el río Seti Gandaki, que fluye de norte a sur por la ciudad. Resulta curioso observar cómo conviven en Pokhara las tradiciones y el fervor religioso del pueblo nepalí con la modernidad y el ajetreo propios de una ciudad acostumbrada al turismo. Este contraste se puede ver perfectamente en las inmediaciones los templos del centro, como la Pagoda de la Paz Mundial, un precioso santuario budista desde el que hay unas impresionantes vistas de las montañas, o en cualquiera de los otros templos importantes de la ciudad: el de Bindhyabasini, el de Barahisini, el de Gita Mandir o el de Bhimsen. Por último, una visita a Pokhara no estaría completa sin acercarse al lago Phewa para dar una vuelta por su orilla o para disfrutar de un agradable paseo en barco por sus plácidas y cristalinas aguas. Este es un lugar perfecto para contemplar la puesta de sol con la silueta de los picos del Himalaya como telón de fondo.