Marruecos se sitúa en el norte de África y está bañada por el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Esta característica geográfica le ha valido para que esta tierra legendaria haya estado ocupada por numerosas civilizaciones a lo largo de los siglos, las cuales han ido dejado su impronta, en forma de monumentos, patrimonio, cultura y gastronomía. Por lo tanto, hoy Marruecos es un país rico, repleto de lugares que visitar y con una naturaleza extremadamente increíble donde los lugares de verdes intensos contrastan con los desiertos de arenas doradas.
En Marruecos las experiencias son infinitas y los lugares que hay que ver también, pero hay unos cuantos rincones que son de obligada visita. Uno de estos lugares es Marrakech una de las ciudades más importantes del país, no solo por su número de habitantes que viven en ella, sino también por la cantidad de patrimonio y monumentos que posee. En esta parada tendrás que conocer su famosa medina, o ciudad vieja, formada por estrechas callejuelas y repleta de palacetes, jardines árabes y mezquitas. Otro de sus ‘must’ es la plaza Jamaa el Fna, el corazón del barrio de la medina, ya que todas las callejuelas dan a esta explanada. En este lugar las mañanas son tranquilas pero las noches, la plaza cobra una vida animada y divertida. Cambiando de ciudad para seguir explorando este país, nos dirigiremos a Fez, otra ciudad monumental marroquí considerada la capital cultural del estado magrebí, un lugar perfecto para adentrarse en sus tradiciones y folclore y descubrir las diferentes civilizaciones que habitaron aquí. Uno de los lugares que hay que visitar es también el barrio de la medina, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Dentro de la medina, y recorriendo sus laberínticas calles, te toparás con sus famosas cubas para encurtir, mezquitas, palacetes y un largo etcétera. Otra de las visitas obligatorias en Marruecos es conocer el desierto del Sáhara, una de las mayores extensiones áridas del planeta. Este desierto cubre la parte sur del país y en él yacen numerosos pueblecitos que han sabido adaptarse a las extremas condiciones climáticas. Aquí, una de las experiencias más demandadas es dormir en el desierto en una jaima, disfrutar de un plato bereber y pasear en camello para ver el atardecer. ¿Se le puede pedir más a un destino?