Alemania, 7 días
Te proponemos un circuito organizado para los más mayores en la Selva Negra y Alsacia en el que visitarás rincones tan fascinantes como Baden-Baden, Friburgo, Titisee o Estrasburgo.
Los mejores viajes a Francia son los que permiten a su protagonista conocer de cerca los monumentos, las ciudades y los espacios naturales de este maravilloso país. Disfruta de un circuito irrepetible por lo mejor de la nación gala, y descubre los tesoros que alberga París, la belleza de la Costa Azul, la imponente presencia de los Castillo del Loira, la exquisita gastronomía tradicional, los paisajes del norte y mucho más. Con nuestros viajes organizados a Francia, no dejarás de pensar en cuándo tendrás la oportunidad de repetir.
Te proponemos un circuito organizado para los más mayores en la Selva Negra y Alsacia en el que visitarás rincones tan fascinantes como Baden-Baden, Friburgo, Titisee o Estrasburgo.
A continuación, te presentamos un circuito para los más mayores en Francia y Alemania que te llevará por rincones de ensueño como Múnich, la Selva Negra, Frankfurt o la región de Alsacia.
¿Te apetece descubrir París, Brujas, Bruselas y Ámsterdam? A continuación, tienes la oportunidad de hacerlo con este circuito organizado para los más mayores.
Te proponemos un recorrido muy interesante por Francia en el que visitarás lo más destacado del norte del país. Y es que, entre otros, te esperan París, Saint Malo y Honfleur.
Explora la región del Loira con este viaje a Francia que te llevará por viñedos, colinas, jardines, castillos y coquetas ciudades. Entre otros, te esperan Nantes, el castillo de Amboise y Angers.
¿Estás preparado para viajar? Te proponemos un circuito organizado para los más mayores en el que visitarás ciudades tan fascinantes como París, Brujas, Ámsterdam o Frankfurt.
¿Te animas a descubrir lo mejor de Alsacia y el valle del Rin? Seguidamente, te ofrecemos un circuito para los más mayores en el que, entre otros, visitarás Baden-Baden, Estrasburgo y Colonia.
¿Te apetece descubrir Londres y París en un solo viaje? ¡No lo pienses más y decídete por este circuito organizado para los más mayores que te presentamos a continuación!
Una escapada mágica a París especial para los más mayores. ¿Te apuntas? La torre Eiffel o el Museo del Louvre son algunas de las maravillas que te están esperando.
Pocos países en el mundo atesoran tantos y tan variados atractivos como Francia. Su historia, su cultura, su refinado ambiente, su exquisita gastronomía, sus preciosas playas, su bucólica campiña, sus montañas, sus valles, sus ríos flanqueados por bodegas en las que se producen algunos de los mejores vinos del mundo…
Francia es un gran país. Como comienzo de un texto sobre este destino, no es una frase muy vistosa, pero es que no es posible empezar a hablar de la nación gala sin reconocer su grandeza. Grandeza en todos los sentidos, por supuesto. Francia posee una historia larga y gloriosa, y es cuna de brillantes científicos, filósofos, músicos, escritores, pintores, escultores, arquitectos, estadistas y militares. Cuenta con una exuberante naturaleza, desde los Alpes nevados a los inmensos campos sembrados de lavanda de la Provenza; desde las landas en la costa atlántica al Mont Saint-Michel, en el norte del país. Francia tiene más de cincuenta espacios naturales protegidos, así como numerosos monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que abarcan casi todas las épocas: desde las ruinas romanas de Nimes y Arles a la ciudad medieval de Carcasona; desde la fortaleza de Aviñón a los Castillos del Loira; desde la sobriedad de Aigues-Mortes al refinamiento del Palacio de Versalles… ¡Voilà la France!
Francia es un país de contrastes y afianzadas tradiciones locales. El general De Gaulle se preguntaba: "¿Cómo se puede gobernar un país que tiene 246 diferentes clases de queso?". Francia es el país de la baguette, del lujo y de la moda, del champán y del Tour de Francia, un país de maravillosos museos y también del Moulin Rouge. Francia es Edith Piaf, es Charles Aznavour, es Victor Hugo, es Stendhal, es Julio Verne, es Monet, es Cézanne…
Según se dice, Enrique IV, pretendiente hugonote (protestante) al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar, dijo: “París bien vale una misa”. Y es que París es Francia y Francia es Paris. La Ciudad de la Luz cuenta con un urbanismo espectacular, que la convierte en una de las más bellas ciudades del planeta. En París, cada monumento es un símbolo: La Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, Notre-Dame, Montmartre y la Basílica del Sacre Coeur, el Museo de Orsay -que reúne la mejor colección de pintores impresionistas del mundo- el Louvre, donde continente y contenido compiten en grandiosidad, Versalles... París es la ciudad de la moda, del lujo, de las compras, del arte y de la alta cocina.
Francia, no obstante, es mucho más que París: es Normandía, con el Mont Saint Michel y las playas del desembarco, donde se come un excelente marisco, cordero, productos lácteos de Isigny, quesos del País de Auge, sidra de zumo de manzana y Calvados, poiré, bebida alcohólica de pera, o teurgoule, arroz con leche perfumado con canela. Francia es Bretaña, con sus costas recortadas y su exquisito marisco. Es el Valle del Loira y sus impresionantes castillos y palacios. Francia es Nantes, es Toulouse, es Dijon, es Burdeos y sus vinos, es Lyon y su respeto reverencial por la Nouvelle Cuisine de Paul Bocuse, y es Carcasona, una de las villas medievales mejor conservadas de Europa. Francia también es Marsella y su puerto viejo, Cannes y su festival de cine, Niza y su Costa Azul, Aviñón y sus palacios papales. Es Montpellier, es Perpiñán, es Nimes, es Arles y es Grenoble. Francia también es el Pays Basque y las Landas, la Auvernia y sus volcanes, el Languedoc-Rosellón con sus playas y sus ciudades encantadoras, los majestuosos Alpes y sus numerosas estaciones de esquí, Alsacia y sus deliciosos vinos, Córcega y su incomparable belleza en mitad del Mediterráneo…
La gastronomía francesa ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La gran diversidad de productos procedentes de sus diferentes regiones hace de la comida tradicional francesa una delicia incomparable. A Francia se la considera el país gastronómico por excelencia, en el que se pueden degustar los manjares más deliciosos, preparados por los chefs más creativos y regados por los mejores vinos. La cocina francesa tiene dos caras: la profesional y la casera. La primera se caracteriza por sus platos sofisticados, mientras que la segunda está representada por las preparaciones hogareñas y los sabores tradicionales.