Viaje a Brasil: Gran Viaje La alegría de Brasil

Día 1: España - Río de Janeiro. ¡Hola Brasil!

Ponte ropa bien fresquita, calzado cómodo, gafas de sol y un sombrero. ¡Te vas a Río de Janeiro! ¿Cuánto tiempo llevas planeando este gran viaje? Por fin termina la espera y hoy partirás hasta tu ansiado destino.
Esta ciudad de Brasil está bañada por las aguas del océano Atlántico. Es un lugar muy conocido por su Carnaval y su música samba. ¿Has ido a clases de baile? Aquí podrás demostrar tus habilidades coreográficas. ¿Qué tal unos piques con los locales?

Además de estos tópicos, este territorio cuenta con tradiciones y raíces ancestrales que te cautivarán al instante. De hecho, es el hogar de unas 240 tribus indígenas, la mayoría de ellas residentes en el Amazonas, situado al noreste del país. Te encantarán sus lugareños cercanos, amables, alegres y acogedores, y te enamorás de su exquisita gastronomía influenciada por la cocina indígena, europea y africana. Eso sí, si hay una bebida típica y que se bebe a todas horas es la caipiriña. ¡Seguro que querrás hacerte con la receta!

Con la mayor ilusión del mundo te diriges hasta el aeropuerto y te subes al avión que te trasladará hasta tu destino. Te esperan unas once horas de vuelo, así que conviene que te relajes y disfrutes del trayecto. Tu primera toma de contacto en Brasil será en Río de Janeiro, una localidad en la que viven alrededor de 11 millones de personas y a la que han bautizado con el nombre “Ciudad Maravillosa”. Al llegar dejarás tus pertenecías en el hotel y disfrutarás de tu primera noche en esta atractiva metrópoli.

¿Sorprendido? Seguro que sí. ¡Bienvenido a Río de Janeiro!

Día 2: Río de Janeiro. Panorámicas increíbles

Hoy vas a descubrir los bellos paisajes de Río de Janeiro y lo harás desde los puntos más significativos de la ciudad. Tu emoción incrementa a medida que vas zampándote tu desayuno. Compruebas que tu cámara fotográfica está a tope de batería y sales a la calle dispuesto a dejarte seducir por los rincones cariocas.

El Pan de Azúcar aguarda tu llegada, estamos hablando de un morro de unos 400 metros de altitud situado sobre la bahía de Guanabara. Este cerro prácticamente no tiene vegetación y las vistas que se tienen desde su cima son privilegiadas, por lo que no es de extrañar que sea uno de los puntos turísticos más importantes de Río de Janeiro. Seguro que te resulta curioso su nombre: Pan de Azúcar. Si bien no se sabe con certeza de dónde proviene esta denominación, sí que existen algunas teorías. Una de ellas cuenta que los portugueses comparaban la forma de esta montaña con los panes de azúcar, que eran unos bloques de este dulce en forma de cono hechos para transportar más cómodamente este producto. La otra hipótesis sostiene que el nombre le viene de la palabra “Pau-nh-acuqua” que en lengua de los indígenas tupí significa “cerro alto, aislado y puntiagudo”. ¿Con qué creencia te quedas?

Para acceder a la cima de este monolito de granito y cuarzo te subirás al teleférico “bondinho”, un histórico transbordador inaugurado el día 27 de octubre del año 1912. Con más de cien años a sus espaldas, este teleférico, diseñado por el ingeniero brasileño Augusto Ferreira Ramos, es uno de los emblemáticos de la metrópoli. Sus paredes de cristal ofrecen una experiencia única y memorable. Que dices, ¿te atreves a desafiar al vértigo?

Otro de los monumentos imprescindibles de la Ciudad Maravillosa es el Cristo Redentor. Situado a unos 700 metros sobre el nivel del mar, justo en la cima del cerro del Corcovado. Se trata de una enorme estatua de Jesús con los brazos abiertos que parece mostrar Río tanto a los turistas como a los oriundos. Seguro que has visto esta imagen en más de una ocasión, pero ahora la contemplarás con tus propios ojos. ¡Es alucinante!

Día 3: Río de Janeiro. Río a tu aire

La jornada de hoy está centrada en ti, para que hagas lo que más te apetezca y descubras Río de Janeiro a tu aire. Esta metrópoli cuenta con un sinfín de atractivos, por lo que seguramente no tendrás tiempo de conocerlos todos en un día. Por suerte, vamos a hacerte algunas recomendaciones, así seguro que conocerás los puntos más significativos de la localidad.

Si eres de esas personas a las que les gusta relajarse en la playa… ¡estás de suerte! Río es una urbe costera y está repleta de arenales. Los más destacados son los de Copacabana, Ipanema y Leblón. Imagínate tumbado en la fina arena dorada, dejando que el sol tueste tu piel, refrescándote en las aguas cristalinas y contemplando una fabulosa puesta de sol con una rica caipiriña en la mano. ¿Te gusta el plan? Pues puedes hacerlo. No hay nada que te lo impida, solo tienes que decidir qué playa te gusta más. Así que… ¡adelante!

Si prefieres una zona menos concurrida puedes ir hasta la ciudad de Buzios o la de Angra dos Reis. La primera se caracteriza por ser un destino de vacaciones de lujo repleto de playas ideales para practicar deportes acuáticos, y la segunda cuenta con un territorio más virgen. Además, en este punto también se sitúa la ilha Grande, una isla que presenta una gran biodiversidad.

No obstante, si lo que te apetece es profundizar en la historia de Río de Janeiro, la mejor opción es ir a Petrópolis, conocida como la “Ciudad Imperial” y situada a unos 68 kilómetros de la Ciudad Maravillosa. Esta localidad fue creada por el emperador y proclamador de la independencia de Brasil en el año 1822, Pedro I. El dirigente construyó en esta zona del país una residencia vacacional para su familia y a partir de aquí fue cogiendo forma hasta que se convirtió en una auténtica localidad. Destacan el Museo Imperial, la Catedral gótica y el Palacio de Cristal.

Día 4: Río de Janeiro - Iguazú. Una localidad de lo más natural

Has conocido una de las grandes ciudades de Brasil y su parte más urbanita. Ahora toca cambiar radicalmente de paisaje y descubrir un entorno más natural. Para ello te embarcarás en un vuelo con destino a Iguazú. Sí, esta localidad hace frontera con Argentina y es popular por sus casadas, las llamadas cataratas de Iguazú. Se trata de una serie de saltos de agua catalogados en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y considerados una de las siete maravillas naturales del mundo.

Con una ilusión tremenda por descubrir este bello emplazamiento, te terminas el último bocado de tu desayuno y te pones rumbo al aeropuerto para embarcarte en un vuelo nacional a Iguazú. Cuando llegues a Foz de Iguazú dejarás tu equipaje en tu habitación del hotel y dispondrás de tiempo libre para explorar esta localidad a tu aire.

Mañana verás las cataratas en directo, por lo que, hoy, puedes aprovechar el tiempo para descubrir otros rincones de esta pintoresca urbe. Una buena opción es visitar el Parque de las Aves, un lugar ideal para conocer más de cerca la flora y fauna de esta región. Aquí es donde descansan diferentes especies de pájaros, además de anacondas, monos tití y mariposas, entre otros animales.

En la central Hidroeléctrica de Itaipú, considerada una de las más grandes del mundo, podrás disfrutar de las diferentes actividades que se organizan y en el Hito Tres Fronteras tendrás la oportunidad de contemplar cómo los ríos Iguazú y Paraná se fusionan, de la misma manera que se juntan las fronteras de Brasil, Argentina y Paraguay. Un rincón ideal para ser testigo de una puesta de sol única.

Día 5: Iguazú. Las Cataratas de Iguazú en todo su esplendor

Te despiertas temprano y con muchísimas ganas de empezar con la jornada. Hoy vas a contemplar el precioso paisaje de las Cataratas de Iguazú y lo harás desde todas las perspectivas posibles. Así que ponte calzado cómodo y… ¡disfruta!

Tu recorrido empezará cruzando la frontera y visitando la vertiente argentina de las cataratas. Para acceder la zona recorrerás una red de pasarelas situadas en plena selva subtropical. ¡Será una experiencia inolvidable! El sonido del agua irá incrementando a medida a que te vayas acercando a la imponente Garganta del Diablo, un conjunto de cascadas que se precipitan desde unos 80 metros de alto y que crean una intensa bruma. La mejor imagen la tendrás desde la pasarela, cuando observes cómo los pájaros sobrevuelan la zona y se hacen invisibles entre la neblina causada por la caída del agua.

Tras retener este espectáculo visual en tu retina y memoria, visitarás la gran reserva natural de Foz de Iguazú, aunque en esta ocasión descubrirás el lado brasileño de las cascadas. La panorámica que tendrás desde este punto es deslumbrante, así que abre bien los ojos, observa esta belleza paisajística y disfruta.

Día 6: Iguazú - Salvador de Bahía. La capital portuguesa de Brasil

Vas a conocer una de las ciudades más importantes de Brasil y la tercera más poblada: Salvador de Bahía. Esta atractiva localidad que se encuentra al noreste del país, fue su primera capital colonial y un importante puerto del hemisferio sur hasta finales del siglo XVIII, con una riqueza histórica de lo más interesante.

Su herencia portuguesa y africana junto a las tradiciones indígenas de la zona se percibe en cada uno de sus rincones, un hecho que hace de Salvador de Bahía un emplazamiento de lo más especial.

El centro histórico de la metrópoli, también llamado Pelourinho, te va a cautivar al instante y sus principales puntos de interés, como la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de los Negros, se aglutinan en torno a las plazas. Además de los majestuosos edificios religiosos, destacan las coloridas construcciones de estilo colonial portugués. Salvador de Bahía rebosa belleza por todos lados, por eso no es de extrañar que en el año 1985 la Unesco la declarara Patrimonio de la Humanidad.

Esta metrópoli lo tiene todo. Con sus más de 350 iglesias se la conoce como la “Roma negra”; cuenta con edificios modernos y un animado ambiente gracias a los bailes de capoeira. Todo esto combinado con el relax que ofrecen sus paradisíacas playas. Impresionante, ¿no crees?

Pues sí, en solo unas horas vas a tener la oportunidad de descubrir los encantos de este maravilloso destino por tu cuenta. Ahora lo que tienes que hacer es subirte al avión que te llevará hasta esta asombrosa ciudad. ¿Preparado? Despegamos en 3,2, 1… ¡voila!

Día 7: Salvador de Bahía. Emblemáticos de Salvador de Bahía

Llevas puesta tu ropa más fresquita, tu calzado más cómodo y tu botellín agua está dentro de tu mochila, así que ya puedes salir del hotel tranquilo. Vas a descubrir Salvador de Bahía y lo harás a través de una ruta panorámica que te llevará por los puntos más emblemáticos de la ciudad.

Tu excursión empieza en el Farol da Barra, situado en el Forte de San Antonio, justo en la playa de Barra. Este faro, de unos 22 metros de alto, se inauguró en el año 1698 y se considera que es el más antiguo de América. ¿Y qué opinas de las vistas? Seguro que te han dejado sin aliento.

La ruta seguirá por la Ciudad Alta, la parte más antigua de la urbe. Un entramado de callejuelas adoquinadas te llevará hasta el Largo do Pelourinho, también conocido como la Plaza de José de Alencar. El nombre de este enclave se debe a que durante mucho tiempo fue un lugar de tortura. A pesar de la trágica historia que esconde este lugar, resulta irónico ver cómo coloridos y bellos edificios coloniales le aportan muchísima alegría. Destacan las antiguas mansiones coloniales, los conventos y las iglesias.

También te pararás en la casa del escritor brasileño Jorge Amado, lugar en el que vivió durante aproximadamente 40 años. Hace varios años que esta vivienda se ha transformado en un museo permite descubrir la obra del autor y parte del arte popular del país.

La última visita la harás en el Elevador Lacerda, el primer ascensor público del mundo y que en el año 1986 recibió el nombre de Antonio Lacerda, su diseñador. Conecta la parte alta de la ciudad con la baja. Tiene una altura de 72 metros y desde arriba se tiene una fantástica panorámica de la ciudad. Su importancia es tal se ha convertido en uno de los símbolos de la localidad, un hecho que no es de extrañar, ya que llega a transportar los 900 mil pasajeros al mes. ¡Increíble, pero cierto! Al finalizar con la jornada podrás regresar al hotel y reponer fuerzas. Mañana te espera otro emocionante día por la atractiva y vibrante Salvador de Bahía.

Día 8: Salvador de Bahía. Al ritmo de Olodum

¡Menuda jornada te espera! Hoy vas a disfrutar de la increíble ciudad de Salvador de Bahía a tu aire. Esta urbe ofrece un sinfín de actividades, desde la aventura hasta el relax. Solo tienes que hacer lo que más te apetezca en cada momento.

Día 9: Salvador de Bahía - España. Hasta pronto Brasil

Qué pena te da despedirte de Brasil, pero no te preocupes, este territorio es enorme y todavía te quedan muchísimos de sus rincones por descubrir, así que seguro que en un futuro vuelves a reencontrarte con este fabuloso país.

Tu aventura ha sido alucinante y regresas a casa con el ritmo de la samba en el cuerpo. Los bellos paisajes, la sabrosa gastronomía, la hospitalidad de los oriundos y las sensaciones que has experimentado en cada momento se apoderan de tu mente mientras te subes al vuelo que te llevará de regreso a España. Lo harás vía Sao Paulo y harás noche a bordo, así que acomódate y sigue recordando los grandes momentos vividos en Brasil.

Día 10: España. La llegada

Las expectativas que tenías antes de ir a Brasil están más que cumplidas. Has vivido nueve días de auténtica emoción y te has contagiado de la alegría de los lugareños de este país. Río de Janeiro te ha impactado, las Cataratas de Iguazú te han enamorado y Salvador de Bahía te ha atrapado. Vuelves a casa con el ritmo de la samba en el cuerpo, con el nivel básico de capoeira y con las recetas gastronómicas más ancestrales del país. Eres una persona afortunada. Y lo sabes. Así que límpiate estas lágrimas brasileñas y empieza a planificar tu próximo viaje. ¡Feliz regreso!