
Croacia: Gran Tour de Croacia
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito


Si este año te has propuesto viajar por un país lleno de magia, ese es Croacia, la joya del Mediterráneo. Pero, ¿ y si además puedes descubrir los tesoros de dos de sus países vecinos como son Eslovenia y Bosnia Herzegovina? Entonces estarás ante el viaje perfecto. Dubrovnik se ha convertido en el sello de identidad de Croacia. Bañada por el mar Adriático y sus cristalinas aguas, esta ciudad amurallada – una de las más bellas de Europa y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- trata de olvidar la guerra. El 6 de diciembre de 1991 hasta 2.000 bombas cayeron en ella por lo que muchos de sus bellos edificios han tenido que ser reconstruidos para recuperar su esencia y cerrar las heridas. Otra de las paradas obligadas si vas a Croacia es Split, otro de los secretos de la costa adriática. Goza de ser una de las ciudades con más horas de sol ( 7 en invierno y 12 en verano) y de contener obras arquitectónicas como el Palacio Diocleciano, uno de los palacios romanos mejor conservados del mundo. La Catedral San Diomo te dejará sin respiración. Pero Croacia es más que playa; es gastronomía y parques naturales como el de Plitvice, famoso por sus 16 lagos y cascadas. Todo un paraíso natural.
“Tres países llenos de historia y cultura”
Croacia es historia, pero también lo son Eslovenia y Bosnia Herzegovina, países que formaban la antigua Yugoslavia. En Eslovenia, donde más de la mitad de su superficie son bosques, cascadas y parques naturales, descubrirás Ljubliana. La capital, caracterizada por su belleza, sus zonas verdes, su vida universitaria y sus diferentes estilos tras soportar terremotos y guerras, es todo un reclamo para los viajeros. Quienes tampoco dudan en acercarse hasta la maravillosas cuevas de Postojna, la más visitada de Europa. Ya en Bosnia Herzegovina descubrirás su mestizaje. Un claro ejemplo, Mostar. El puente Stari Most o ‘puente viejo’ es su mejor postal. El puente, de un solo arco reconstruido tras la guerra, es todo un símbolo de la antigua Yugoslavia, un símbolo de una unión histórica. Sus callejuelas, pese a la tragedia vivida y sus marcas del combate, respiran vida . ¿Preparado para un viaje por la naturaleza y la historia?
Vive experiencias únicas
Piérdele el miedo a los camposantos y descubre por qué el cementerio Mirogoj es una de las grandes atracciones turísticas de Zagreb. Monumentales tumbas, esculturas espectaculares y grandes espacios verdes convierten a este recinto en uno de los cementerios más bonitos del mundo. El famoso arquitecto Hermann Bollé lo construyó en 1876, aunque no acabó hasta 1929. Cuando llegues, descubrirás que es un museo al aire libre que ocupa la friolera de 30.000 metros cuadrados y que te permitirá escapar del ajetreo propio de una gran ciudad como Zagreb.
Una larga avenida divide en dos el recinto, que a su vez está separado en manzanas de árboles y arbustos. Tú eliges el recorrido para ir descubriendo monumentos funerarios, muchos de ellos creados por escultores croatas de renombre. Además, Mirogoj es una muestra de respeto religioso, ya que podrás encontrar símbolos católicos, ortodoxos o musulmanes, además de los restos mortales de personalidades históricas croatas y un monumento a los caídos en la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

El cementerio de Mirogoj está a las afueras de la ciudad, concretamente en la ladera de la montaña de Medvenica, aunque se puede llegar fácilmente en transporte público.
Muchas ciudades tienen tradiciones o supersticiones que dicen que dan buena suerte, pero en el caso de Dubrovnik exigen auténtica pericia por parte del viajero. No es una simple cuestión de frotar algo o dar un par de vueltas, sino que hay que tener la habilidad de mantenerse de pie sobre una gárgola que sobresale de la pared.
Este simple gesto ya es de por sí difícil, pero es que la tradición completa reclama, además, quitarse la camiseta durante el esfuerzo. Según la leyenda, un joven infelizmente enamorado hizo un voto por el cual conseguiría la dicha en el amor si conseguía mantenerse en pie sobre esa gárgola, quitarse la camiseta y volvérsela a poner. Dice la leyenda que lo intentó una y otra vez, fracasando constantemente en sus intentos, hasta que un día consiguió su objetivo y, por fin, fue feliz en el amor. Si quieres conseguir la misma dicha que este joven, acude al monasterio franciscano y busca una de las gárgolas en forma de búho construidas para drenar el agua de la lluvia. Está cerca del suelo, así que podrás intentar subirte con facilidad. Otra cosa es mantenerse de pie…

El monasterio franciscano de Dubrovnik se llama Mala Braca en croata, lo que traducido al castellano vendría a ser ‘los pequeños hermanos’. El origen de este nombre hay que buscarlo también en las leyendas. Cuenta la historia que, nada más zarpar un capitán de barco a la mar, su mujer se dio cuenta de que estaba embarazada de cuatro niños. Como era algo inaudito, decidió quedarse sólo con uno y tirar al mar los otros tres. No tuvo valor para hacerlo, así que delegó en un sirviente que, al ir a cumplir con la orden, se encontró con el capitán que regresaba. Éste decidió salvarlos pero ingresarlos en el monasterio franciscano, encargándose de que no les faltase de nada. Según la leyenda, pasados los años, vistió a los cuatro niños con la misma ropa y los puso delante de su madre, que no supo reconocer al que ella había cuidado. Finalmente, los cuatro mozos fueron marineros y donaron buena parte de su fortuna a los franciscanos, lo que permitió construir la iglesia.
En el centro de Croacia, a medio camino entre la belleza mediterránea de la costa dálmata y la capital del país, Zagreb, se encuentran los Lagos de Plitvice, una de las maravillas naturales más espectaculares de Europa. Casi 300 kilómetros cuadrados de Parque Nacional con 16 lagos, decenas de cascadas y cataratas y un mar de frondosos bosques que dan cobijo a una enorme variedad de especies animales, desde osos pardos hasta jabalíes o lobos, pasando por centenares de mariposas o aves.
Plitvice es el más antiguo de los ocho que hay en Croacia, ya que se creó en 1949, y treinta años después fue incluido en el listado de lugares Patrimonio de la Humanidad creado por la Unesco. La mejor opción para que lo visites es darte un paseo por la red de senderos que bordean los lagos e incluso pasan por detrás de las cascadas. No dejes de cruzar los puentes de madera que pasan de un lado a otro de las aguas y no te pierdas la excursión en barco por el mayor de los lagos, el Lozjak.

Los lagos de Plivitce fueron uno de los primeros escenarios de la Guerra de los Balcanes. Poco después de que Croacia declarase su independencia, en marzo de 1991, milicianos serbios ocuparon el parque y, cuando la policía croata trató de desalojarlos, se produjo la llamada Pascua Sangrienta de Plitvice. Al día siguiente, el ejército yugoslavo entró con sus tanques con el pretexto de mediar en el conflicto pero lo que realmente hizo fue expulsar a los croatas. Croacia no recuperó este territorio hasta 1995.
En primavera, las hayas y los abetos se encienden de color, multiplican los tonos verdes y brindan un paisaje extraordinario. Y en otoño, giran hacia los tonos ocres, rojos y amarillos
Hay muchos motivos para que visites el monasterio de los Franciscanos de Dubrovnik, pero es probable que el más llamativo sea el hecho de que cuenta con una de las farmacias más antiguas del mundo. ¡Y es que lleva en funcionamiento desde 1317! En un principio surgió para uso interno de los frailes, pero al poco tiempo abrió sus puertas a toda la ciudad para que comprasen las medicinas y los ungüentos preparados allí. De hecho, la farmacia se ubicó desde el primer momento en la planta baja, lo que hace suponer que los religiosos ya contemplaban esa opción desde el primer momento.
No en vano, las ventas de la botica colaboraron notablemente a la economía del convento. En una parte de la actual farmacia, convertida en museo en 1938, podrás ver cómo era la botica original, con los bonitos recipientes para guardar las hierbas medicinales, las marmitas para preparar los productos y los libros con las recetas de brebajes, ungüentos y medicamentos varios entre las que, por ejemplo, se incluyen algunas tan curiosas como el elixir de juventud, pócimas para la memoria o brebajes para dar paz a un matrimonio.

La farmacia del monasterio sigue abierta al público y en ella podrás encontrar medicinas modernas, pero también productos basados en recetas con más de 200 años, como por ejemplo cosméticos naturales, que te pueden servir de regalo o recuerdo de tu visita.
Split es la urbe más romana de toda Croacia. Qué esperar de una ciudad cuyo casco histórico se desarrolló dentro del palacio de un emperador romano que, además, se encuentra entre los mejor conservados del mundo. Pero si no has tenido suficiente con Diocleciano y su legado, sólo vas a tener que caminar unos diez minutos y acercarte hasta el norteño barrio de Spinut para visitar el Museo Arqueológico de Split. Es el más antiguo del país, porque se creó en 1820 –aunque su ubicación actual data de 1921- y desde entonces muestra uno de los mejores catálogos de piezas de la antigua Roma que se pueden encontrar en el mundo.
Allí vas a poder encontrar objetos de las épocas iliria, griega, paleocristiana y medieval, aunque como es lógico la joya de la corona son los restos de la época romana, extraídos casi todos de la ciudad de Salona, capital de la provincia romana. Hay de todo: cerámicas, esculturas, capiteles, sarcófagos, joyas, monedas, objetos de terracota vidriada. Las piezas más importantes del museo son tres sarcófagos pertenecientes a los siglos III y IV.

El precio del museo es realmente asequible, ya que la entrada sólo cuesta 20 kunas, es decir, 2,7 euros. Sólo cierra los domingos. El horario es de 9 a 14 horas y de 16 a 20 horas de lunes a sábado. Eso sí, entre octubre y mayo la tarde de los sábados también está cerrado.
No sólo hay dragones en Juegos de Tronos. También en Postojna y lo mejor que es éstos sí los podrás ver. Se llama olm o proteo, una salamandra albina ciega que se parece a un dragón y que habita las cuevas subterráneas de los Balcanes. Esta rara especie, protegida por ley en Eslovenia, tiene un olfato extraordinario y puede sobrevivir diez años sin comer. Vive 100 años, pero sólo se reproduce una o dos veces cada década.
Por eso hace poco medios de comunicación de todo el mundo se acercaron hasta Postojna para contarle al mundo un acontecimiento muy especial. Uno de los guías de las cuevas, Juan Pablo Maschio, había encontrado 60 huevos y, después de 124 días de incubación, estaban a punto de romperse. Así, el 30 de mayo de 2016 nació el primer bebé dragón, como los llaman en Eslovenia. Él y sus hermanos permanecerán en el acuario de las cuevas para permitir a expertos y visitantes contemplar su evolución.

El historiógrafo Janez Vajkard descubrió hace más de 300 años el olm o proteo, que desde ese momento se convirtió en el símbolo de la cueva. De hecho, fue el regalo ceremonial para visitantes ilustres como el emperador Francisco José y su esposa Sissí o el emperador japonés Hirohito, y una venta de alto valor para acuarios y zoos de todo el mundo.
Descubre el itinerario
- Cena
- Zagreb
- Desayuno, almuerzo y cena
- Zagreb
- Panorámica de Zagreb
- Desayuno y cena
- Plitvice Seen
- Zadar
- Parque Nacional Plitvice
- Panorámica de Zadar
- Desayuno, almuerzo y cena
- Sibenik
- Trogir
- Split
- Panorámica Split
- Desayuno, almuerzo y cena
- Dubrovnik
- Panorámica de Dubrovnik
- Desayuno y cena
- Dubrovnik
- Desayuno y cena
- Dubrovnik
- Desayuno
- Dubrovnik
Conoce un poco más de Croacia
La cocina croata presenta cuatro grandes zonas. Por un lado, la región de Istria muestra grandes influencias italianas y presume de sus platos de pasta y sus ñoquis.
Por su parte, la gastronomía de Dalmacia se basa en productos llegados desde el mar cocinados con suaves matices venecianos, mientras que Eslavonia prepara los productos de sus fértiles huertas con pimientos y especias al estilo húngaro. Finalmente, en el centro de Croacia se nota la influencia austriaca con el schnitzel, los postres y los dulces. El pan y la abundancia de platos de pescado gracias a la abundancia de lagos, ríos y kilómetros de costa, unifican la cocina croata.
El visitante puede encontrar en Croacia un enorme surtido de productos artesanales para llevarse un bello recuerdo a casa. Así, se puede escoger entre muñecas vestidas con trajes típicos, bordados, objetos de madera, terracota, cerámica, etc.
También se pueden encontrar reproducciones de objetos romanos en Split y unos magníficos encajes en la isla de Pag. Además, Croacia se vanagloria de haber inventado la corbata, así que es uno de los mejores lugares del mundo para comprarse una. Como curiosidad, se puede optar por comprar un morcic, una figurita de un personaje negro con turbante, que es una joya exclusiva de Rijeka. Si optamos por el recuerdo gastronómico, también hay gran variedad: sacos de lavanda, excelentes quesos, mostaza, galletas o trufas.
• 1 de enero: Año Nuevo
•06 de enero: Epifanía del Señor
•Semana Santa: Domingo de Resurrección y Lunes de Pascua
•Corpus Christi
•22 de junio: Día de la Lucha Antifascista
•25 de junio: Día Nacional de Croacia
•05 de agosto: Día de la Victoria y la Gratitud Nacional
•15 de agosto: Asunción de la Virgen
•08 de octubre: Día de la Independencia
•01 noviembre: Festividad de todos los Santos
•25 de diciembre: Navidad
•26 de diciembre: San Esteban
Los cajeros automáticos están en todo el país y aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.). También se aceptan tarjetas de crédito en la mayoría de los comercios, aunque puede haber algunos de pequeño tamaño donde sólo se acepten pagos en efectivo.
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
No hay ninguna vacuna que sea necesaria. Antes de realizar el viaje, se recomienda contratar un seguro privado. Los ciudadanos de la Unión Europea que dispongan de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias de cada país tienen derecho a una asistencia médica imprescindible, y la compañía de seguros no pagará el coste que supere el límite de esta asistencia imprescindible. Si el viajero debe ir al hospital, se recomienda acudir siempre con el pasaporte, la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) y las tarjetas de crédito. Si necesita más información puede ponerse en contacto con los servicios de la Seguridad Social o seguro médico privado de su país. Si requiere viajar o comprar algún medicamento, intente viajar siempre con el embalaje y la receta original expedida por su médico.
Los extranjeros quizá tengan que pagar por adelantado algún tratamiento médico que, posteriormente, les reembolsaran su compañía sanitaria ya sea pública o privada. Para ello, es necesario guardar toda la documentación y facturas originales.