Irlanda: Escocia e Irlanda Fantástica
Doce días mágicos para descubrir, vivir y disfrutar
Explorar circuitoIrlanda: Escocia e Irlanda Fantástica
- Duración
- 12 días
- Tipo de circuito
- Circuito
El vuelo te llevará a la amable capital de Escocia, Edimburgo, cuyo corazón está plagado de tesoros que han sido catalogados como Patrimonio Histórico de la Humanidad. Desde allí partirá tu itinerario rumbo al norte, hacia las High Lands, con parada en la estilosa Glasgow. ¿Te apetece saborear el preciado líquido ámbar elaborado localmente desde hace cientos de años? ¡Hecho! Dispondrás de una visita guiada a una destilería tradicional para saborear el delicioso whisky en tu ruta hacia las montañas y valles de las Tierras Altas. Prepárate, porque el famoso monstruo del lago Ness anda cerca. Recorrerás el Castillo y el puente de Stirling, testigos de grandes batallas, como la protagonizada por el valiente William Wallace, escena que reconocerán los viajeros más cinéfilos de la película Braveheart.
“Atravesarás la Isla Esmeralda, condado tras condado, para vislumbrar los entornos naturales más impactantes de este rincón del mundo”
En el ecuador del viaje, es el momento de saltar a la isla vecina que te conquistará por sus preciosos paisajes verdes y sus inolvidables costas. Empezando por el principio… Darás tus primeros pasos en la capital, Dublín, donde visitarás los enclaves más reconocibles, como la prestigiosa Universidad Trinity College, el distrito de Temple Bar o la catedral dedicada al santo más famoso, San Patricio. Atravesarás la Isla Esmeralda, condado tras condado, para vislumbrar los entornos naturales más impactantes de este rincón del mundo: El parque Natural de Killarney, el Fiordo de Killay y, sobre todo, los maravillosos Acantilados Moher. En el norte, descubrirás la historia de la Calzada del Gigante, donde 40.000 columnas de basalto protegen orgullosas, desde hace millones de años, las costas del mar del Norte. ¿Geología o leyenda? ¡Tú eliges!
Vive experiencias únicas
Edimburgo es literatura en estado de puro. Aquí encuentras una concentración de historias de antaño, reales y leyendas, difícilmente comparable con otros lugares. No extraña que, en el año 2004, esta ciudad fuera la primera en apuntarse a la Red de Ciudades Creativas de la Unesco como Ciudad de la Literatura y, como tal, aquí encontrarás una selección de librerías increíbles que merecen mucho la pena visitar. Te proponemos dos. Situada en la zona de Grassmarket, Armchair Books es una de nuestras favoritas. Como si fuera un verdadero laberinto, esta librería está llena de enormes estanterías corridas, desde el suelo hasta el techo, donde perderse durante horas. Aquí encontrarás libros de segunda mano de casi cualquier temática, ¡pide lo que quieras! Por su parte, Old Town Bookshop tiene una colección de anticuario con volúmenes de hasta el siglo XVIII, unas joyas no al alcance de todo el mundo pero que sin duda merece la pena acercarse a ver.
Y para terminar este recorrido literario, nada mejor que un café y una tarta de chocolate en The Elephant House (21 George IV Bridge). No se trata solo de una bonita cafetería frente a un colegio, sino que aquí sentada y mirando por la ventana, J.K.Rowling se inspiró y escribió gran parte de las historias del famoso Harry Potter. Cuando lleguéis os entregarán un papel y un lápiz, por si os surge la inspiración. ¿Probamos?
Por el maravilloso viaje al pasado que supone, por su olor a papel de antaño, porque podrás investigar entre sus estanterías sin prisa y con calma, por la amabilidad de su personal siempre dispuesto a ayudarte o a recomendarte algún título. Si eres un ávido lector o tienes que hacer un regalo a alguien que lo es, estas librerías son, sin duda, tu sitio ideal.
Edimburgo es una ciudad pequeña y muy manejable. En este caso, las librerías que te proponemos están en el casco antiguo muy cerca del castillo de Edimburgo, por lo que te resultará muy fácil visitarlas como descanso de tu visita panorámica. A escasos minutos andando desde el castillo hacia el sur, llegarás a Armchair Books (72-74 West Port). Caminando hacia el este desde el castillo llegarás a Old Town Bookshop, en el número 8 de Victoria Street.
Prepárate a viajar en el tiempo y vivir una de las batallas más importantes para los escoceses. Se trata del tristemente famoso 16 de abril del 1746. En el campo de Culloden, a escasos kilómetros de Inverness, escoceses jacobitas e ingleses se dieron cita para librar la batalla decisiva tras años de tiranteces y desencuentros. Los clanes de las Tierras Altas, muchas veces enfrentados, unieron esta vez sus fuerzas y recursos para luchar contra los ingleses. En apenas una hora cayeron 1.500 hombres, de los cuales más de 1.000 eran jacobitas. La forma de vida de los clanes desapareció y gran parte de los elementos característicos también: el idioma, la indumentaria, su distribución de la tierra y del trabajo…
Tres siglos más tarde, puedes recorrer ese mismo campo de batalla, rehabilitado tal y como estaba entonces, con una audioguía que te irá detallando cómo se desarrolló todo durante el camino. Merece mucho la pena dedicar un par de horas al museo conmemorativo que se encuentra también allí y que cuenta con muchísimo material de la época como uniformes, armas, monedas y más. También documentación interactiva para entender qué fue lo que pasó y por qué fue tan decisivo para Escocia, qué papel jugó cada clan dentro del conflicto y las motivaciones de cada uno de ellos. Además podrás adentrarte directamente en la batalla a través de una película en 360º que te aseguramos que es absolutamente espectacular.
Por su increíble realismo. En tu paseo por el campo de batalla podrás ver dónde se situaron cada uno de los bandos, un pequeño cottage que se cree que sirvió de hospital de campaña y todavía sigue allí; los cairns, unas piedras redondas o triangulares que marcan dónde descansan cada uno de los clanes o el monumento recordatorio de la batalla. ¡Brújula al bolsillo!
Si has visto La vida privada de Sherlock Holmes (1970), Los Inmortales (1986), Lago Ness (1995), la inolvidable Braveheart (1995), El mundo nunca es suficiente (de 1999) o la serie Outlander, entre otras muchas producciones, seguro que te suena esta bella fortificación con más de siete siglos de historia.
En el noroeste escocés, el castillo de Eilean Donan se erige majestuoso en un pequeño islote del lago Duich, que comunica a su vez con el océano Atlántico a través del lago Alsh. Su aislamiento en aquella época fue fundamental y se convirtió en una de las fortificaciones más difíciles de asediar. De hecho la tradición dice que fue aquí donde el famoso Robert the Bruce se refugiaba de las invasiones de los ingleses, liderados por Eduardo I. La construcción se mantuvo inexpugnable hasta el año 1719 cuando las fragatas inglesas bombardearon de forma masiva hasta destruirla totalmente. Pero el romanticismo pudo más que todo eso y, entre 1912 y 1932, John MacRae-Gilstrap, un heredero del antiguo clan al que perteneció, decidió destinar todos los recursos necesarios para su restauración hasta devolverle toda su belleza y convertirlo en uno de los lugares más reconocidos del cine así como visitado por turistas de todo el mundo.
El castillo de Eilean Donan cuenta con su fantasma de rigor que ameniza siempre las visitas a los turistas. A principios del siglo XVIII los escoceses seguían enzarzados en sus enfrentamientos contra los ingleses. Una misión española se alojó en el castillo para apoyarlos, cuando los ingleses rodearon el castillo y lo bombardearon con sus fragatas, destruyéndolo por completo. Se dice que la mayoría de los habitantes que se encontraban en el interior del castillo saltaron al lago, intentando nadar fuera del alcance de los navíos ingleses. Todos menos uno, un capitán español que decidió quedarse en el castillo y que pereció entre sus muros. Dicen que hoy su espíritu aparece errante, sobre todo en la habitación que hacía antaño de tienda y hoy es la sala dedicada a explicar la historia del castillo. ¡Atento!
En las islas Hébridas interiores, la espectacular isla de Skye es un tesoro en sí mismo. Sus paisajes únicos y su ecosistema de cuento de hadas merecen que la recorras de punta a punta sin dejarte nada. Pero si el tiempo no da de sí, dirígete directamente al extremo nordeste, donde se encuentra la península de Trotternish. Aquí disfrutarás de dos de los paisajes más bellos de la zona.
Por un lado, el vertiginoso acantilado de Kilt Rock, que pondrá a prueba tu vértigo con más de 90 metros de altura sobre un mar salvaje y extenso. Se le denomina Kilt, igual que al estampado tradicional de las faldas escocesas, porque dicen que la composición de la montaña de basalto ofrece la visión óptica de cuadros grabados sobre la roca. Allí también se encuentran las cascadas Mealt, que escupen aguas con fuerza sobre una cara de los acantilados. Te encantará la atmósfera del lugar, realmente evocadora y sugerente, con un encanto indescriptible. El viento, bastante habitual, genera un silbido envolvente e hipnotizador cuya leyenda dice que son los lamentos de todos aquellos que han perecido en capítulos violentos en la isla. Si tienes suerte y das con un día claro, alcanzarás a ver desde allí la isla de Lewis. Termina la visita con un buen reconstituyente en las pintorescas poblaciones de Portree o Staffin. ¿Qué tal una copita de whisky Talisker? Se destila en la misma isla y sus notas yodadas te devolverán directamente a los mejores paisajes del mar escocés. ¡Bienvenido al bienvivir!
La isla de Skye tiene una importante herencia vikinga. De hecho, muchos de los nombres de la isla provienen de esas raíces, como por ejemplo Staffin, que en noruego clásico significa “pilar”. Los locales dicen que todavía no se han descubierto todos los tesoros que los vikingos escondieron por esos lares y que aún hoy es posible toparse con alguna moneda o abalorio perdido del siglo X. También tendrán un destino preferente los amantes de la paleontología, ya que en zona de acantilados puedes encontrar alguna huella de animales prehistóricos.
¿Has visto la película de Braveheart? Entonces seguro que recuerdas esa épica escena de la batalla entre las tropas gubernamentales y los aguerridos escoceses… Te proponemos que visites el lugar exacto donde aconteció ese capítulo tan importante de la historia de Escocia sobre el puente de Stirling o Stirling Bridge. Corría el 11 de septiembre de 1297 cuando las tropas escocesas de William Wallace y Andrew de Moray derrotaron contundentemente a los ingleses. Las tropas británicas eran mucho más numerosas y contaban con mejores medios. Sin embargo fueron abatidos estrepitosamente, lo que convirtió desde entonces a William Wallace en todo un héroe nacional. Y el puente de Stirling, como no podía ser de otra forma, es ahora parte de la simbología más querida de la cultura escocesa.
Por su parte, el castillo, a escasa distancia del puente y en lo más alto de la ciudad, te sorprenderá por sus enormes dimensiones. Construido en el siglo XII, por los muros de esta fortificación han pasado las más duras batallas y conflictos entre escoceses y británicos. Actualmente se pueden visitar varias zonas del castillo, aunque son posteriores, de los siglos XVI y XVII. El Palacio Real, la galería de las cabezas, la capilla real, el gran salón… Son un ejemplo exquisito de la arquitectura renacentista en la zona. Aprovecha para disfrutar de las vistas desde lo alto de la colina, con la torre victoriana que recuerda a Wallace al fondo, sobresaliendo entre la foresta. ¡Una delicia!
No te pierdas una visita a las cocinas del castillo donde hay una recreación muy real de cómo se desarrollaban en el medievo los banquetes de la corte. Podrás descubrir qué tipos de platos cocinaban, cómo y con qué artilugios los cocinaban, dónde elaboraban la cerveza, se horneaba el pan o se almacenaba el vino. ¡Todo un viaje culinario en el tiempo!
El Glasgow Style, de finales del siglo XIX, es un tesoro no muy conocido de la ciudad que merece la pena descubrir. Edificaciones absolutamente contemporáneas, entonces y ahora, que buscaban la belleza de la naturaleza, de lo orgánico, sin perder de vista la funcionalidad. Destaca la influencia del arquitecto escocés Charles Rennie Mackintosh. Descubre algunas de sus grandes creaciones y confirma cuán adelantado estuvo a su tiempo. ¡Un planazo para todo artlover que se precie!
Empieza a lo grande, por la Escuela de Arte de Glasgow (Glasgow School of Art), la obra maestra de Mackintosh. En 1896 el arquitecto recibió el encargo de crear la nueva sede de la escuela de arte. Mackintosh fusionó a la perfección la arquitectura austera baronil escocesa de grandes moles, delicados motivos geométricos y de la naturaleza del Art Noveau y técnicas novedosas del estilo industrial como los grandes ventanales. Lo mejor es disfrutar de unas de las visitas guiadas que ofrecen los estudiantes de la escuela, ¡no te quedará detalle sin saber! The Lighthouse es otra de sus grandes obras. Construido entre 1893 y 1895, fue concebido para ser la sede del periódico The Glasgow Herald. En el edificio se mezcla la austera piedra caliza roja con esbeltos ornamentos. Y en la esquina, una torre -de ahí su nombre- en la que se camufló un depósito de agua para prevenir incendios. El edificio alberga ahora el centro de interpretación de la obra de Mackintosh, en el que podrás ver las maquetas de algunos de sus proyectos que no vieron la luz. No dejéis de disfrutar de las vistas desde la cuarta planta o de reponer fuerzas en su cafetería. Y nada más representativo del estilo de Mackintosh que su propia casa. Mackintosh y su mujer, la también artista Margaret Macdonald, vivieron en el 78 de Southpark Avenue. La casa fue derruida sin pudor en 1963 pero la Universidad de Glasgow ha reconstruido las principales habitaciones en The Hunterian Gallery. El precioso comedor por ejemplo, que simboliza el crecimiento de la tierra, de la naturaleza, en tonos oscuros con unas preciosas pinturas murales, las famosas sillas Mackintosh o las lámparas… En el primer piso, el estudio y la sala de dibujo. Y más arriba, la habitación del matrimonio, totalmente en blanco.
La House for an Art Lover, una obra póstuma, en Bellahouston Park fue un proyecto que Mackintosh diseñó junto a su mujer para un concurso de una prestigiosa revista de diseño alemana pero que no vio la luz. Hasta que, en 1989, un equipo de arquitectos de la Escuela de Arte de Glasgow decidió construirla tal y como el matrimonio Mackintosh la concibió. Líneas sencillas, tradición escocesa, motivos orgánicos y florales, muchísima luz… Un verdadero homenaje al arquitecto.
Si quieres hacer una parada técnica, nada mejor que un afternoon tea en las Willow Tea Rooms. Se trata de un espacio icónico de Mackintosh, donde el arquitecto tuvo total libertad para diseñar el espacio, por dentro y por fuera, y los muebles. Se inauguró en 1903 y hoy se mantiene tal y como fue entonces. Pedid mesa en la Room de Luxe, la más original y con las mejores vistas.
Pasea por la universidad más prestigiosa y antigua de Irlanda, el Trinity College, toda una institución en el corazón mismo de Dublín, levantada por la reina Isabel en 1592. Si tu etapa universitaria está superada y no puedes solicitar una beca Erasmus para sentirte como los grandes literatos Oscar Wilde, Jonathan Swift o Bram Stoker, entre otros, aprovecha al menos para pasear por sus 190.000 metros cuadrados y escudriñar todos sus rincones libremente, como su Parliament Square.
Esta universidad de origen protestante estuvo vetada para los católicos hasta casi el siglo XVIII, que sin embargo salieron mejor parados que las mujeres, quienes no pudieron acceder hasta más de 100 años después. Otro de los grandes reclamos es su celebérrima biblioteca declarada Biblioteca Nacional en cuya sala the Long Room se encuentran más de 200.000 libros y manuscritos de incalculable valor, como el libro de Kells.
Dicen que si eres estudiante y pasas por debajo del campanario del Trinity College, que está pasado la entrada principal, nunca lograrás graduarte. Es por eso que, una vez graduados, los universitarios se fotografían debajo para reírse de la leyenda.
Sumérgete en un recorrido auténtico que te llevará a descubrir lo mejor de Dublín desde uno de sus protagonistas, el río Liffey. Súmate a un fantástico paseo fluvial para descubrir las anécdotas y las pinceladas de historia más interesante que rodea la capital. Para empezar, descubrirás el origen del nombre de la urbe. Los primeros vikingos que se asentaron en estas tierras lo hicieron junto a un estanque o pozo de color negro que se cree estaba junto al actual castillo, es por esto que en gaélico Dubh Linn quiere decir “pozo negro”.
El recorrido te brindará la posibilidad de conocer los numerosos puentes que unen ambos márgenes hasta la desembocadura en el mar de Irlanda. El de Ha’Penny hace alusión a la abreviatura de la cantidad que había que pagar (“half penny”, esto es, medio penique) desde su construcción en 1816. Los literatos también tienen su reconocimiento a través de los puentes, es el caso del de James Joyce o del de Samuel Beckett Bridge, diseñados ambos por el español Calatrava.
El puente dedicado a Samuel Beckett fue diseñado por el gran arquitecto español Santiago Calatrava en 2009 con el objetivo de descongestionar el tráfico de la zona y una altura de 124 metros, con su diseño evoca un arpa celta, símbolo del país. Esta gigantesca estructura se abre 90 grados para permitir que los barcos la atraviesen.
Cada 17 de marzo Irlanda se viste de verde para celebrar su festival más internacional dedicado a San Patricio que, curiosamente, no era irlandés. Cuenta la tradición que este viajó a Isla Esmeralda en el siglo VI para escapar de la esclavitud e inició entonces su misión evangelizadora. Si te gustan las fiestas populares para vivir en la calle no pierdas la oportunidad de viajar en estas fechas, eso sí, reserva con tiempo porque la marea verde tiene adeptos por todo el mundo.
Lo más característico de esta celebración es su desfile, que puebla las calles de las principales ciudades de la isla. Limerick, Cork, Galway y, por supuesto, Dublín, cuyo recorrido viaja desde la plaza Parnell pasando por la famosa O’Connel, entre otras, hasta llegar a la catedral dedicada a San Patricio. Disfruta de las carrozas, las comparsas y la música tradicional a pie de calle. Para mezclarte como un auténtico local, hazte con todas las prendas verdes que tengas en tu armario y brinda como un irlandés a la voz de “Sláinte”, que significa “salud”. No pueden faltar los tréboles en cualquier tipo de accesorio, que es uno de los símbolos que el santo utilizó para explicar la Santísima Trinidad.
El día de San Patricio es una celebración de los irlandeses por lo que la semana del 17 de marzo puedes encontrarte calles y monumentos simbólicos teñidos de verde por todo el planeta, desde el río Chicago, en Chicago, la plaza Trafalgar, en Londres, y hasta las pirámides de Guiza, en Egipto.
Los viajeros foodies más gourmets cuentan con una cita imprescindible y con mucho sabor a mar. Se trata del festival internacional de la Ostra que cada año, a finales de septiembre, tiene lugar en la inquieta ciudad de Galway. Esta tradición cuenta ya con 61 ediciones que anualmente reúne a locales y amantes de este manjar marino.
El evento se celebra durante un fin de semana y las cifras habituales dejan satisfechos a los más glotones, más de 10.000 ostras disponibles para el deleite de los visitantes. Y no solo se trata de comer si no también de abrir ostras, o dicho técnicamente, de desbullar. ¡Este festival gastronómico cuenta con una divertida competición internacional para encontrar al desbullador más rápido de la isla! El festival se celebra a través de decenas de pubs inscritos al “Guinnes Oyster Trail”, así que sigue la pista por toda la ciudad y degusta este selecto marisco junto con una deliciosa pinta.
En Irlanda se celebran hasta 4 festivales dedicados a la ostra donde la fiesta, la comida y la bebida están más que garantizadas. Abre la veda el Condado de Louth en agosto; al condado de Down, a Hillsborough, llega a finales de agosto. Y en el condado de Galway, en septiembre, se celebra en dos citas: en Clarenbridge a principios y en la misma Galway a finales de mes.
Para los amantes de turismo eco, el Parque Nacional de Connemara, uno de los principales del país, es una visita más que obligada. Con cerca de 3.000 hectáreas ofrece un paraje repleto de llanuras rocosas, praderas vestidas de verde y cordilleras que resguardan los vestigios de la cultura gaélica. Acércate a visitar la naturaleza más salvaje, aunque es más que probable que los mamíferos de la zona se ahuyenten ante la presencia humana. Los amantes del trekking podrán descubrir el parque a través de algunas de sus rutas de senderismo, como la más popular, Diamond Hill, que es circular.
Además de la naturaleza en el parque encontrarás otros atractivos, como visitar tumbas megalíticas de 4.000 años de antigüedad. No te pierdas, cerca de este espacio natural, la visita a la abadía de Kylemore, a los pies del lago del mismo nombre, un precioso castillo que ofrece una bonita panorámica.
Si buscas la foto perfecta dentro del parque, podrás ascender a la colina de Diamond Hill. Te fascinarán las excepcionales vistas que te permitirán contemplar además Killary, el único fiordo de Irlanda.
Seguro que has visto decenas de estampas de impresionantes acantilados que se asoman sobre el Atlántico embravecido. Esta escena de película es uno de los reclamos imprescindibles para los amantes de los paisajes naturales y puedes encontrarlos en el condado de Clare, bajo el nombre de Acantilados de Moher.
No pierdas la oportunidad de recorrer los ocho kilómetros de sobrecogedores acantilados que se asoman, en su punto más alto, a 214 metros sobre el Atlántico en la conocida como O´Brien´s Tower. Desde la torre podrás fotografiar, si el tiempo lo permite, la montaña Twelve Bens mirando hacia el norte; la península de Loop Head enfocando hacia el sur; y las islas de Aran en la bahía de Galway. Una vez allí, entenderás por qué ha sido nominado para formar parte de las 7 Nuevas Maravillas de la Naturaleza. Los viajeros más cinéfilos habrán visto esta dramática estampa en películas como la ochentera cinta “La Princesa Prometida” o en la saga dedicada al conocido Harry Potter.
Acude al centro de interpretación “Cliffs of Moher Experience”, un espacio para conocer todo lo que necesitas saber los impresionantes acantilados, cuyas instalaciones han sido diseñadas pensando en la integración y en el respecto con el entorno. Escoge cómo quieres conocerlos, desde tierra caminando por los senderos o a través de un crucero por el Atlántico.
En Derry o Londonderry hasta su nombre es dual. Aprende su agitado episodio histórico que enfrenta a protestantes unionistas y católicos nacionalistas. El conflicto, cuya semilla se remonta cientos de años en el pasado, todavía hoy lucha por superarse. Ambos bandos conviven en una tensa calma mientras expresan su desazón a través de lienzos urbanos. Se trata de los murales de Derry (Londonderry). Descubre los 12 murales, conocidos como la “galería del pueblo”, que se muestran en casas de Rossville Street, en Bogside, un barrio construido para la clase obrera católica entre finales del siglo XIX y principios del XX. Los murales recuerdan los peores momentos de este enfrentamiento, conocido como The Troubles. Uno de ellos, el famoso Domingo Sangriento, costó la vida a 14 personas.
Esta galería popular se pintó entre 1997 y 2001 por artistas locales, Tom Kelly, Will Kelly y Kevin Hasson, que sufrieron en primera persona el dolor de este conflicto. En el barrio protestante, plagado de símbolos que aluden a la corona británica, también puede encontrarse muestras callejeras a favor de su causa. Estos murales se localizan fundamentalmente en el barrio The Fountain y en Waterside.
Bono, cantante de U2 y probablemente el músico irlandés más internacional, cantaba desolado su composición dedicada al terrible evento sucedido en Derry (Londonderry) y clamaba eliminar esas diferencias.
No hay por qué ocultarlo. La historia llevada al cine por Leonardo Dicaprio y Kate Winslet emociona a cinéfilos de todas las edades. Por eso, no es de extrañar que el museo Titanic Belfast se haya convertido en una de las principales atracciones de la ciudad. Precisamente fue en esta ciudad industrial en la que se construyó el archiconocido transatlántico que cautivó al mundo por su fastuoso diseño y su trágica suerte.
Hoy en día podrás conocer todos los detalles a través de galerías interactivas, maquetas, réplicas de los camarotes de todas las clases y las salas de máquinas del imponente barco. Asimismo, cuenta con imágenes reales y una cinta del auténtico naviero que sucumbió en las aguas del Atlántico en abril de 1912, tan solo 12 días después de que finalizara su construcción. Los visitantes pueden hacerse una idea de las dimensiones de la embarcación original gracias al propio diseño de las instalaciones. Así, el edificio, ubicado en los antiguos astilleros, cuenta con cuatro alas que simulan la proa de un barco de la misma altura que la proa original del Titanic.
Más de tres millones de personas han visitado ya este museo desde su inauguración en 2012, que cuenta con un espacio de 12.000 metros cuadrados repartidos en ocho plantas.
Descubre el itinerario
- Cena.
- Edimburgo
- Desayuno. Cena.
- Edimburgo
- Panorámica de Edimburgo
- Desayuno. Cena.
- Culloden
- Inverness
- Castillo de Cawdor
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Glasgow
- Castillo de Stirling
- Panorámica de Glasgow
- Desayuno.Cena.
- Dublin
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Galway
- Panorámica de Dublín
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Galway
- Desayuno. Cena.
- Kerry
- Desayuno. Cena.
- Kerry
- Desayuno. Almuerzo. Cena
- Cork
- Panorámica de Cork
- Desayuno. Almuerzo.
- Dublin
- Desayuno.
- Dublin
Conoce un poco más de Escocia e Irlanda
Escocia
La gastronomía escocesa es muy variada y basada en el producto local. El plato nacional es el Haggis, un plato de aspecto poco apetecible pero tremendamente sabroso.
Hay muchos más platos tradicionales, como la ternera y el cordero, el salmón ahumado, los guisos de patatas, las salchichas, los fish and chips o la morcilla de avena. Entre los dulces, destacan las galletas de mantequilla, los caramelos, las mermeladas y las tartas de frutas. Y entre las bebidas, además de la gran variedad de tés, la ginebra, las cervezas y el popular refresco Irn-Bru, el whisky es el rey.
Irlanda
Con una deliciosa cocina tradicional aderezada con siglos de historia, Irlanda lleva décadas reinventando su cocina ofreciendo en la actualidad un amplio universo de sabores y texturas que sorprenderán a los paladares más exigentes. A los elegantes restaurantes afincados en las grandes ciudades, la Isla Esmeralda está salpicada de establecimientos donde degustar el sabor más tradicional y artesanal de Irlanda.
Otra de las formas de descubrir su deliciosa gastronomía es a través de sus numerosos y reconocidos festivales y citas gastronómicas que suelen reunir a miles de irlandeses y turistas. Y disfruta de su genuina cerveza negra, para muchos la mejor cerveza el mundo, sus deliciosos tés y los prestigiosos whiskys nacionales. También puedes visitar las fábricas y las destilerías más famosas del país.
Escocia
Una de las compras más habituales en Escocia es la ropa: mantas, bufandas o corbatas de tartán, impermeables Barbour, trajes, chaquetas y calcetines escoceses, jerséis de lana, etc.
Y, por supuesto, el kilt, la famosa falda escocesa, con la que es recomendable comprar también unos calcetines altos. Y si queremos completar del todo la vestimenta tradicional, se puede comprar una gaita. La bisutería y otro tipo de recuerdos de tipo celta cada vez están más de moda. Sin olvidar los caramelos y bombones, las mermeladas, los tés, las galletas de mantequilla y, por descontado, el whisky.
Irlanda
Irlanda es un país fascinante para los amantes de las compras y los recuerdos únicos. No te vayas del país sin llevarte a casa algún ejemplo de su excelente artesanía, alguno de sus creativos diseños locales o sus clásicos jerséis 100% lana virgen, sus delicadas piezas de cristal y exquisitas joyas… Y no te olvides de sus tradicionales leprechauns verdes tan típicos de San Patricio y los souvenirs, como las ovejas irlandesas o el famoso trébol como protagonistas. Otro buen recuerdo es llevarte a casa una pinta Guinness o una botella de whisky irlandés.
Los ciudadanos de fuera de la Unión Europea pueden pedir la devolución del IVA en la República de Irlanda siempre que el comercio donde se efectúe la compra trabaje con el programa de devolución Cashback o Taxback. En Irlanda del Norte, se puede solicitar la devolución del IVA de los productos comprados en establecimientos que forman parte del programa de devolución Tax Free Shopping.
Escocia
• 1 de enero: Día de Año Nuevo
•2 de enero
•Viernes Santo
•4 de mayo: Early May Bank Holiday
•29 de mayo: Spring Bank Holiday
•7 de Agosto: Summer Bank Holiday
•30 de noviembre: Día de San Andrés
•25 de diciembre: Navidad
•26 de diciembre: Boxing Day
Irlanda
• 1 enero (Año Nuevo)
• 17 marzo (Día de San Patricio)
• Semana Santa
• Lunes de Pascua
• Puente de mayo. Primer lunes de mayo
• 15 agosto (día de la Asunción)
• 25 diciembre (Navidad)
• 26 diciembre (San Esteban)
Escocia
Por el momento y hasta que los términos definitivos del Brexit no se decidan, los ciudadanos de la Unión Europea solo necesitan llevar consigo el DNI o el pasaporte en vigor para viajar a Inglaterra y Escocia. Aunque como el Reino Unido no forma parte del espacio Schengen, tendrán que pasar por los controles fronterizos correspondientes. Otras nacionalidades, rogamos consulten en las embajadas y consulados en sus países de origen los requisitos actuales de entrada al país.
Irlanda
La República de Irlanda e Irlanda del Norte pertenece a la Unión Europea. Los ciudadanos de la Unión Europea (UE) que quieran viajar a la Isla Esmeralda solo necesitan llevar consigo el DNI o el pasaporte en vigor. Los menores deberán viajar obligatoriamente con su propia documentación. Otras nacionalidades, rogamos consulten en las embajadas y consulados irlandeses en sus países de origen los requisitos actuales de entrada al país.
Aduanas
Tanto la República de Irlanda como Irlanda del Norte cuentan con una aduana doble, una para bienes libres de impuestos adquiridos fuera de la Unión Europea y otra para bienes comprados en algún país miembro de la Unión Europea donde se pagan impuestos.
Escocia
La moneda oficial en Inglaterra es la libra esterlina. Escocia también la tiene como moneda oficial, aunque también se pueden encontrar billetes de libras escocesas, que tienen el mismo valor.
Irlanda
La moneda oficial en la República de Irlanda es el euro. El devenir histórico del país hace que los condados del Ulster que conforman Irlanda del Norte usen la libra esterlina.
Divisas
Conforme a la normativa de la UE, las cantidades de dinero en efectivo que superen los 10.000 euros deberán ser declaradas a las autoridades aduaneras. En caso de necesitar más información o para consultar sobre el transporte de productos especiales, pueden dirigirse a la Agencia Nacional de Aduanas del país o consultando el portal de la Unión Europea.
Los cajeros automáticos, llamados ATMs o Cash Machines, están en todo el país y casi todos aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard o Cirrus). En la pantalla de los cajeros aparecerán los logos de las distintas tarjetas que acepta cada uno. También en la mayoría de los establecimientos, restaurantes y hoteles suelen permitir el pago con tarjetas de crédito y débito. En zonas rurales o enclaves especialmente pequeños, es aconsejable disponer de dinero en efectivo.
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
Conforme a la normativa de la UE, las cantidades de dinero en efectivo que superen los 10.000 euros deberán ser declaradas a las autoridades aduaneras. En caso de necesitar más información o para consultar sobre el transporte de productos especiales, pueden dirigirse a la Agencia Nacional de Aduanas del país o consultando el portal de la Unión Europea.
Irlanda
Irlanda es uno de los países más seguros de Europa. No hay ninguna vacuna obligatoria para viajar a Irlanda. Existen centros médicos y farmacias en las principales poblaciones del país. Antes de realizar el viaje, puedes contratar un seguro privado. Si es usted un ciudadano de la Unión Europea, viaje siempre con la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias del su país de origen. Si tuvieran que pagar por adelantado algún tratamiento médico que, posteriormente, les reembolsaran su compañía sanitaria ya sea pública o privada, debe guardar toda la documentación y facturas originales. Si el viajero debe ir al hospital, se recomienda acudir siempre con el pasaporte, la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) y las tarjetas de crédito. Si necesita más información, puede ponerse en contacto con los servicios de la Seguridad Social o seguro médico privado de su país.
Escocia
No hay ninguna vacuna obligatoria ni recomendada para viajar a Escocia. Los ciudadanos de la Unión Europea que dispongan de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias del cada país, tienen derecho a una asistencia a un costo reducido e incluso gratis. Las condiciones sanitarias son muy buenas. Es aconsejable contratar un seguro de viaje lo más amplio posible antes de entrar en el país.
La hora oficial de Escocia es GMT, es decir, una hora menos que en la España peninsular y Baleares.
En invierno, Irlanda está en la hora del meridiano de Greenwich (GMT), como el Reino Unido. En verano, el reloj pasa a marcar GMT+1. Irlanda tiene el mismo horario que las Islas Canarias y una hora menos que la España peninsular y las Islas Baleares.
En Irlanda el tiempo puede ser cambiante, aunque no suele registrar temperaturas excesivamente extremas. Influenciado por el océano Atlántico, la climatología en la Isla Esmeralda, con una temperatura media de unos 10º C, se caracteriza por tener temperaturas más suaves que las que registran otras localidades situadas en latitudes similares. Una situación a la que también contribuyen los montes y montañas que rodean las abruptas costas y que sirven para mitigar los fuertes vientos que entran desde el océano. Mientras en primavera la media de temperaturas máximas ronda los 12º C, el verano esta media puede llegar hasta los 20º C. En los meses estivales, el país cuenta con hasta 18 horas de luz solar, pudiendo oscurecer en torno a las 23.00 horas. Por su parte, en otoño la media de temperaturas máximas puede llegar hasta los 18º C. Los meses más fríos del invierno suelen ser enero y febrero cuando las temperaturas pueden bajar de los 0º C.
El tiempo en Escocia es templado, variable y húmedo. En invierno, la temperatura media fluctúa entre los 2ºC y los 6ºC y en verano, entre 12ºC y 19ºC. Es decir, no es frecuente que haya épocas de temperaturas extremas, aunque siempre se pueden esperar días muy fríos en invierno, con temperaturas bajo cero, y días calurosos en verano, con termómetros por encima de los 20ºC. Y lluvia, siempre lluvia. No suele ser torrencial, sino más bien fina y pertinaz. Llueve todo el año, con un ligero aumento en diciembre, enero y julio, así que conviene no olvidar el paraguas o el impermeable, además de algún jersey y algo de ropa de entretiempo.