Día 2: Muscat. Tus primeros pasos
RÉGIMEN
Desayuno. Comida. Cena.
Transporte
Autocar, minibús o van
Las mañanas en Muscat tienen una vibración especial. Aún no sabes muy bien por qué, pero lo cierto es que, a pesar de que solo has podido contemplar ligeramente la ciudad de noche, ya tienes la sensación de que empieza a ser un poco tuya. Has descansado de fábula y ahora solo te queda disfrutar de un buen desayuno en el hotel, vestirte con ropa cómoda y salir a descubrir una ciudad que tiene mucho para ofrecerte.
Muscat es una de las ciudades más antiguas de Oriente Medio y cuenta con cerca de dos millones de habitantes. Antiguo puerto comercial, en la urbe se concentraba gran parte de la actividad económica del país, volcada en el comercio de incienso, dátiles y especias. Durante los siglos XVI y XVII la ciudad perteneció a Portugal y España. Posteriormente, conseguiría su independencia y un estado de bienestar político y social. Aunque los países árabes tengan fama de ser sociedades bastante cerradas, lo cierto es que tanto Muscat como Omán son dos de los territorios más hospitalarios y tolerantes de la península arábiga. De hecho, religiones como el hinduismo y el cristianismo conviven a la perfección con la sociedad musulmana. Con un simple paseo por Muscat te darás cuenta de la gran hospitalidad de sus habitantes, siempre dispuestos a ayudarte en todo lo que necesites.
Y seguramente lo compruebes de inmediato al cruzarte con alguna sonrisa espontánea durante tu recorrido hacia el Museo de Historia Natural. Casitas típicas, colores, olores intensos que surgen de mercados y ventanas… La ciudad te saluda en cada esquina. Cuando llegues al museo lo primero que te sorprenderá es su elegante fachada, que te abrirá paso a un completo tour por las especies más importantes de flora y fauna de Omán. Por muy sorprendente que parezca, dado que el 80% del país es desierto, este territorio posee un gran número de especies animales como el oryx, el thar, gatos salvajes, guepardos, leopardos y 400 especies de aves migratorias. En cuanto a flora, crecen cocoteros, palmeras datileras y boswellies, árboles icono del país.
Después de empaparte por completo de la riqueza geográfica del país, te diriges a una de las paradas estrellas de tu ruta. La has visto en fotografías e, incluso, te habías imaginado alguna vez recorriéndola pero lo cierto es que una vez que estás delante de la Gran Mezquita del Sultán Qaboos, una increíble sensación de enamoramiento te recorrerá todo el cuerpo. Una de las grandes joyas de Omán se alza ante ti, que en estos momentos te sientes diminuto ante tanta majestuosidad. Considerada como la más grande de las mezquitas del país, este emblema posee una gran cúpula de 50 metros de altura que tan solo representa un ápice de todo lo que te espera dentro. El oratorio de los hombres está compuesto de una impresionante lámpara de cristal Swaroski en forma de araña, paredes de mármol italiano y una gran alfombra de 4.200 m2 recubriendo todo el suelo. Un sueño para cualquier arquitecto que, según cuentan, está inspirada en el Taj Mahal con la participación de más de 20.000 trabajadores en su construcción.
Aún recuperándote de esta impresionante visita, te acercas a otra de las preciosidades de la ciudad: el Palacio de Al Alam, conocido como el Palacio de la Banera. Construido en el año 1972, su uso se limita a recepciones oficiales. Se ubica a orillas del golfo de Omán y sus pintorescas columnas azules y doradas te pintarán un lienzo lleno de belleza que se combina con sus hermosos jardines. A lo lejos se divisan dos fortalezas históricas, formando una estampa digna de estar en tu mesita de noche.
Para asimilar tanta belleza no hay nada mejor que una buena comida tradicional en un restaurante. Por ejemplo, con un delicioso majboos, uno de los platos estrellas omaníes que consiste en arroz especiado con carne de pollo. Con el estómago lleno y las pilas cargadas, te diriges a conocer los mercados o zocos de esta encantadora ciudad. El primero, el Mercado de Pescado, te introducirá de lleno en el estilo de vida de la capital, ya que serás testigo en primera persona de la vida de los pescadores y comerciantes que se afanan por vender sus mejores piezas. Uno de los ambientes comerciales más animados de la ciudad en el que asistirás a interminables regateos.
Por último, llegarás al Mercado Tradicional de Mutrah. Este hermoso zoco es una joya en sí misma. Ya no solo porque mantiene la estructura original de los zocos árabes tradicionales, sino también porque sus sinuosas calles y sus laberínticos callejones en los que casi no entra la luz te conducirán por un gran número de puestecitos de artesanía, fragancias, especias y delicias gastronómicas. Conocido popularmente como «el zoco de la oscuridad» debido a sus callejuelas pequeñas, este zoco es uno de los atractivos del centro histórico de Muscat, que destila magia por los cuatro costados.