Día 3: Viena. Tras los pasos de Ricardo Corazón de León
Transporte
Autocar, minibús o van
Con 1,8 millones de habitantes, Viena es una de las ciudades más grandes de Europa central. También ha sido una ciudad clave en el desarrollo de la música y el pensamiento durante los siglos XIX y XX. Su patrimonio es excepcional y el ambiente en sus calles, vibrante y vital. Te contamos todo esto porque hoy, después del desayuno, tienes la opción de tener todo el día libre para poder disfrutar de esta maravillosa ciudad y recorrer sus rincones, museos, palacios, cafés, jardines y bosques. Toda una jornada sin mirar el reloj, tan solo Viena y tú.
Sin embargo, también puedes apuntarte a una excursión opcional por el Valle del Danubio, el gran río europeo que atraviesa Viena. Durante el tour están programadas varias visitas y actividades. Por ejemplo, podrás conocer la famosa Abadía de Melk, uno de los símbolos de Austria. Ya el escritor Umberto Eco lo nombró en su obra “El nombre de la rosa”. Su fama se debe, sobre todo, a su magnífica biblioteca y su iglesia, considerada una de las joyas del barroco centroeuropeo.
Seguidamente podrás surcar las aguas del Danubio en un barco, (aunque esta actividad estará condicionada por la temporada de funcionamiento). Podrás deslizarte en la corriente mientras contemplas los paisajes de la región del Wachau, una de las zonas vinícolas más importantes de Austria. Como en un cuadro viviente, verás alternarse en las laderas que caen hacia el río bellísimos paisajes, bonitos pueblos y verdes viñedos.
Durante la travesía harás una parada y podrás pasar tiempo libre en los pueblos de Krems o Dürnstein. En este último estuvo prisionero el rey Ricardo I de Inglaterra, más conocido como Ricardo Corazón de León. ¿No recuerdas su historia? Te la contamos:
Según la leyenda, nadie en su reino sabía dónde se encontraba el monarca y, por ello, Blondel, el juglar de Ricardo, fue a buscar a su rey por toda Europa, sin éxito. De regreso a Inglaterra, cuando atravesaba Austria, se enteró de que había un prisionero con una identidad secreta custodiado en el Castillo de Dürnstein. Sospechando de que podía ser su rey, Blondel localizó una pequeña ventana enrejada en lo alto del muro del castillo y empezó a cantar una canción que solo dos personas conocían, él y Ricardo, ya que únicamente la cantaban cuando estaban a solas en su reino. Mientras Blondel cantaba, una voz desde arriba respondió cantando el estribillo. De esa manera se pudo liberar a Ricardo Corazón de León de su cautiverio.
Quizá la leyenda del rey Ricardo te acompañe de regreso a Viena, al final de la jornada, donde te espera una cena y una cómoda habitación en el hotel.