Las experiencias en cada puerto van a ser inolvidables. Y es que además de disfrutar de las actividades y comodidades que te ofrece el crucero y su tripulación durante los días de navegación, las paradas en los puertos más interesantes van a ser parte de la aventura. Ciudades monumentales, repletas de vida y patrimonio te darán la bienvenida.
Lisboa está repleta de calles empinadas, pendientes y escaleras por lo que moverse por la ciudad a pie puede ser agotador para el viajero. Para ello, los lisboetas han mantenido lo que muchas ciudades han eliminado, los bellos tranvías eléctricos, tan conocidos y prácticos. Pues bien, estos medios de transporte están por toda la ciudad, pero hay uno en concreto que es famoso, el elevador de Bica. Bica es una de las calles más empinadas de la ciudad y para no subirla a pie hay está instalado un funicular, inaugurado en 1892.
De cara al océano Atlántico se halla la Plaza de Comercio una de las explanadas más conocidas de Lisboa. Y es que aquí se siente la brisa marina, se escuchan a las gaviotas gorjear y se siente la luz que luce siempre en la capital de Portugal. Pasea por esta plaza es una de las actividades que uno debe hacer si llega en barco hasta Lisboa, para admirar su arquitectura, creado por el Marqués de Pombal y ver el día a día de los lisboetas.
Alejado del epicentro de Lisboa, en el barrio de Belén se encuentra otro de los grandes monumentos de esta ciudad, el Monasterio de Belén un lugar a orillas del Atlántico de estilo manuelino que sirvió como bien dice su nombre de monasterio de la Orden de San Jerónimo. Además de conocer este impresiónate edificio, muy cerca de él se encuentran una de las cafeterías pastelerías más famosas ya que elaboran los famosos pasteles de Belén, hechos de hojaldre y crema.
Las empinadas calles de este barrio es una de sus principales características. El Barrio Alto es uno de los lugares más famosos de la ciudad, un lugar repleto de rincones desconocidos, de cafeterías bohemias, de centros culturales y de un ambiente inigualable. Un paseo por su entramado de calles es una de las experiencias que el viajero tendrá que vivir si viaja a Lisboa.