A lo largo de la costa de Cantabria hay más de sesenta playas diferentes. Podrías conocer una diaria, sin repetir en dos meses. Grandes, pequeñas, urbanas, agrestes, tranquilamente recogidas o abiertas al Mar Cantábrico, todas de arena fina y blanca, todas de agua limpísima, ninguna indiferente.
Cantabria se enfrenta con las aguas del océano desde la alta y accidentada plataforma de sus rasas litorales, hasta donde llegan las estribaciones de las montañas.
Allí donde la roca resultó ser más blanda, logró el mar romper el frente pétreo, hasta el punto de provocar el derrumbe de enormes peñas y la segregación de promontorios y pequeñas islas.
Playa de Salvé: La playa de Salvé de Laredo es el arenal más extenso de todo el litoral cántabro, y uno de los que mayor afluencia de visitantes recibe.
Playas del Sardinero: Ubicadas en el núcleo urbano de la ciudad de Santander, son unas de las más visitadas de la región.
Playa de Brazomar: Esta magnífica playa está protegida por un estupendo paseo marítimo. Es de fina arena dorada e ideal para la práctica del surf.
Cantabria por su privilegiada situación geográfica en la zona central del norte de la península ocupa un espacio donde parajes y ecosistemas albergan los más exquisitos productos de la tierra y del mar.